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XXV Jornada Técnica Nacional del Cultivo de Arroz Actualidad

Entre Ríos cuenta con su manual de buenas prácticas agrícolas en arroz

La jornada es el marco perfecto para la presentación de los resultados experimentales de técnicos e investigadores al sector arrocero. En esta oportunidad, se presentó el primer Manual de Buenas Prácticas Agrícolas de Entre Ríos.
17/09/2014 21:40 hs

Una herramienta fundamental para permanecer en el negocio arrocero es la búsqueda de competitividad a través de la generación y transferencia de tecnología, fue lo que sonó bien fuerte el último viernes de agosto en la Jornada Técnica Nacional del Cultivo de Arroz. En su XXV jornada, un clásico donde todos los años los actores de la cadena arrocera se reúnen en Concordia para conocer las ultimas novedades, el presidente de la Fundación Pro Arroz Ing. Agr. Hugo Müller destacó que es una edición que despierta cierta emoción, por lo tanto recordó aquella primer jornada técnica el 10 de noviembre de 1978: “Siendo novel presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Nordeste de Entre Ríos, con un grupo de colegas decidimos organizar la Primer Jornada Técnica Nacional del Cultivo de Arroz, lejos estábamos de imaginar el largo camino recorrido hasta el presente”. Y de aquel primer encuentro pasaron diez años, hasta que en 1989, la misma Asociación, organizó la segunda jornada.

“Recién a partir de 1992, con la creación de Fundación Pro Arroz, se empiezan a financiar los planes de investigación y experimentación en el cultivo de arroz, junto al INTA y las Universidades. La jornada adquiere continuidad y se empieza a hacer todos los años, esta edición cumple 23 años ininterrumpidos” comentó Müller.

El panorama que vivía el productor agropecuario hacia finales de la década de 1970 “era absolutamente diferente al de hoy, por un lado, los sistemas informáticos no existían, la investigación estaba en pañales, los disertantes que hablaban de mercados no lo hacían con la tecnología del presente, la información que se tenia era antigua. Aunque en aquella época se sembraba, se ganaba plata y se perdía, al igual que hoy. El desarrollo tecnológico ha producido un cambio impactante” destacó el titular de la Fundación.

Al mismo tiempo que comentó que la producción arrocera en Entre Ríos era muy diferente, en su mayoría “estaba en manos de cooperativas y era muy fuerte la presencia de FECOAR (Federación de Cooperativas Arroceras). Hoy la situación ha cambiado. Y además eran muy pocos los mercados que se destinaba la producción, se vendía a Europa y algo a Irán. No existían mercados regionales, como Centroamérica. Hubo grandes cambios tanto a nivel de variedad y tecnologías, antes los rindes no llegaban a 4.000 kilos/ha mientras que hoy se han más que duplicado”.

Presentación Manual de Buenas Prácticas

Durante la Jornada, se lanzó el primer Manual de Buenas Prácticas Agrícolas de Entre Ríos orientado al cultivo del arroz. El manual es fruto del esfuerzo de productores y técnicos de la Fundación Proarroz, asesores privados que colaboraron con la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional del Agua (INA), la Dirección de Hidráulica de Entre Ríos y privados.

“Las Buenas Practicas abarca una serie de pautas, prácticas y principios que llevan a que produzcamos cuidando el ambiente, cuidando la seguridad, la forma de vida y las condiciones de vida en el campo para asegurar a los consumidores, por un lado, que los estamos haciendo bien y que puedan consumir tranquilos los productos que ofrecemos para la alimentación” destacó el Ing. Agr. César Quintero, de la UNER. El Manual incluye, entre otros aspectos, una caracterización inicial “donde se describe dónde nos estamos moviendo y luego mayormente las prácticas que se recomiendan”.

Para el profesional, “hoy contamos con un marco político que lo avala y nos obliga a hacer responsables, dando cuenta de lo que producimos y hacemos. La sociedad esta muy preocupada por las actividades que se llevan adelante, tanto en el campo como en la industria, por lo que todos estos mecanismos de control y de gestión son bien vistos y dan buenos frutos sobre la seguridad alimentaria”.

Entre Ríos se suma a otras áreas de la región que ya registran antecedentes al respecto. Chile, por ejemplo, lleva editados tres manuales. Otro país vecino, Uruguay, lanzó recientemente su segunda guía; mientras que el Estado de Río Grande Do Sul, Brasil, lanzó en 2011 su manual para el arroz. En Argentina, en tanto, hay antecedentes en Corrientes que tiene una guía publicada en 2008 y Chaco que editó otra en 2013.

Una mirada técnica para el cultivo

El Ing. Agr. Pedro Bazzi, Coordinador de Desarrollo Técnico de Basf, disertó sobre Malezas Resistentes en Arroz y Alternativas de Manejo.

El profesional señaló que hemos pasado la evolución para el manejo de malezas, aunque “ha sido bastante lenta con respecto al aporte de tecnología al sector. Si bien, la empresa a la que represento es pionera en este cultivo, ha lanzado tecnología desde hace más de 20 años atrás y constantemente tiene novedades. El aporte de tecnológico para este cultivo ha sido bajo, por lo tanto es muy importante volver a focalizarnos en este nicho de mercado para una región de nuestro país con problemas importantes que están limitando drásticamente a la producción e inclusive al abandono de lotes”.

Según el profesional, es importante que productores y técnicos conozcan conceptos claves como son principios activos y el modo de acción de los productos, “ya que la generación de resistencia (si bien es inevitable) podemos lograr tratar de disminuir o demorar la aparición de resistencia con el uso de productos de diferentes modos de acción que hoy forman parte de la paleta que hoy tienen a la mano los productores para este cultivo”.

Para el Ing. Bazzi, “la tendencia de los herbicidas es más que nada tratar de encontrar sistemas de producción que nos permitan utilizar los productos que ya están en el mercado, ya que resulta bastante difícil sacar un nuevo producto para cumplimentar la efectividad que tienen estos. Trabajar sobre sistemas, manejo, observando el problema del lote, empezar a analizar no el campo como un todo sino que lote a lote, es la única forma que consideramos que una vez determinado el problema tendríamos que ser mucho más eficaces en la recomendación de qué producto aplicar para cada problema de cada lote”.

Teniendo en cuenta que la resistencia es un problema que crece campaña tras campaña, el profesional expresó que “surge por el mal uso de productos de igual modo de acción, de manera repetida en todos los ciclos agrícolas”. Al pensar como un solo sistema, “la situación que estamos viviendo hoy en el sector arrocero es la misma que vive el sector sojero”.

“Nutriendo la planta de arroz” fue el eje de la exposición del Ing. Agr. Edgardo Arévalo, Manager Director COMPO Argentina, quien dejo en evidencia la importancia de este tema tras resaltar que “en general no se repone más del 25 al 30% de los nutrientes que extraemos en todos los cultivos. En el caso del arroz es un cultivo que requiere más asesoramiento, con lo cual el productor para obtener un mayor rendimientos necesita poner una más cantidad de nutrientes. De alguna manera, se puede ver reflejado en el rinde promedio del cultivo de arroz donde en los últimos diez años ha superado el promedio histórico de 6.000 kilos/ha para pasar hoy cerca de los 8.000 kilos/ha”.

COMPO Argentina hace casi 10 años viene trabajando conjuntamente con la Facultad de Ciencias Agronomicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos, a través de una serie de ensayos, en la búsqueda de los requerimientos adecuados para el cultivo de arroz en la provincia con la mirada en las necesidades que tiene el productor, contribuyendo así con productos tecnológicos generados a partir de la investigación.

En el caso de los tratamientos de productos en lo que se refiere a semilla, el Ing. Arévalo explicó que “determinamos una problemática que había en una parte importante de arroceras, en sectores aparecía un amarillamiento del cultivo, llamado clorosis, transformándose en muertes importantes de plantas y perdidas de población. Se determinó que se daba por una mayor absorción del calcio de estos sectores y que la forma de corregirlo era por un nutriente que se inhibía o se inducía a la deficiencia, el zinc. A partir de ahí, se generaron trabajos para ver la manera de suplirlo y encontramos que una de ellas es mediante el oxido formulado, el caso de un producto que tiene la empresa, y de este modo esta problemática fue superada”.

Y la otra alternativa son los requerimientos foliares que pueden ser aportados a la planta. “No solo hablar de la nutrición foliar como una herramienta para incrementar rendimientos sino que además para mantener o solidificar rindes” dijo el profesional.

De la redacción de Campo en Acción

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