El miércoles pasado -el día previo a que se conocieran los datos oficiales de la cosecha de trigo que arrojó 13,9 millones de toneladas y un saldo exportable de 7,2Mt- el secretario de Agricultura, Gabriel Delgado recibió en la Capital a representantes de Tres Arroyos una de las principales zonas trigueras del país.

El encuentro fue gestionado por el intendente de la localidad, Carlos Sánchez (asumió en 2003 y desde entonces renueva mandato), quien asistió junto con representantes de la producción local: las tres cooperativas de la zona, la Sociedad Rural y el Centro de Ingenieros Agrónomos.

Los privados, manifestaron al funcionario la preocupación por las distorsiones en el precio del trigo que les impide acceder al “precio lleno” del cereal. Esta situación tiene implicancias económicas de magnitud en Tres Arroyos y la zona de influencia.

Al día siguiente, el mismo Delgado cuestionó a la exportación mediante una serie de interrogantes y afirmaciones desde su cuenta de twitter que publicó El Enfiteuta, y sugirió que las cereleras compran grano a precios muy deprimido, unos mil pesos la tonelada, cuando el precio debería rondar los 1.500 pesos.

Al mismo tiempo los exportadores vienen acaparando cereal desde noviembre y están comprados en casi 4,3 millones de toneladas, cifra que supera en casi el triple las compras de 2013. Con esos datos en la mano, Delgado aseguró que la transferencia de renta producida perjudica al productor en 2.000 millones de pesos.

En la reunión con intendente y productores de Tres Arroyos, se evaluaron diferentes alternativas y también surgieron dudas, considerando que los Roes están habilitados sin completar, por lo cual no se están otorgando nuevos permisos y sin embargo, se sigue comprando trigo a valores muy por debajo del fijado por el FAS teórico. En consecuencia, el productor padece un evidente perjuicio económico.

En pocas palabras, el precio deprimido del trigo no tendría que ver con la asignación de Roes sino con la cartelización de los exportadores.