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Asociativismo Actualidad

Para Welschen, no hay una visión estratégica del desarrollo rural

El asociativismo es una estrategia para la sustentabilidad del pequeño y mediano productor para enfrentar desafíos, sostuvo Daniel Welschen. A su vez, destacó que a este trabajo asociativo “lamentablemente no se le dio continuidad".
27/01/2015 18:46 hs

“Cualquier gobierno que quiera sostener a los pequeños y medianos productores en el campo tiene que buscar mecanismos de asociativismo” destacó el Ing. Daniel Welschen, ex secretario de Producción de Entre Ríos, quien postula que el asociativismo es una estrategia para la sustentabilidad del pequeño y mediano productor, como diversificación de riesgos e ingresos y, más recientemente, como agregado de valor con la transformación de grano en carne.

Welschen recordó su experiencia hacia finales de la década de 1980 al instrumentar distintos mecanismos de asociativismo, como los grupos GISER (Grupos de Intercambios Solidarios de Entre Ríos), después llamados por Nación como Cambio Rural a través el INTA, que “permiten que el pequeño productor pueda acceder a los beneficios del productor grande”, es decir que por medio del asociativismo puedan proveerse de insumos más baratos o de mejor calidad y, también, puedan negociar el precio de su producto y entrar en el proceso de la exportación en forma directa.

A este trabajo asociativo “lamentablemente no se le dio continuidad, no hay una visión estratégica del desarrollo rural y hoy la hemos perdido. Han quedado muy pocos productores que hoy deberían estar en un Cambio Rural o GISER, están en los pueblos viviendo de la renta que le da su campo por la soja, lo que también ha dejado de ser negocio al bajar el precio de los arrendamientos. Perdimos, en el caso de Entre Ríos, alrededor de 700 a 800 tambos en los últimos diez años, veníamos tratando de sostenerlos en el campo, pero hoy Argentina tiene un profundo estancamiento”.

Según Welschen, “si seguimos aplicando tecnología, si mejoramos mínimamente la rentabilidad, liberamos los mercados para producir trigo o maíz, carne vacuna, leche y, a su vez, poder ir desarrollando la avicultura, la porcinocultura, las posibilidades de continuar y llegar a los 150 millones de toneladas es totalmente factible, aunque estamos estancados en el orden de las 100 millones de toneladas. Esto tendrá un fuerte impacto en el desarrollo de los pueblos del interior que hasta el 2007/8 venían bien”.

De la redacción de Campo en Acción

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