El Gobierno nacional logró la apertura del mercado chino para los arándanos argentinos, una fruta que en Entre Ríos tiene un desarrollo importante y, sobre todo, un potencial enorme. Esta medida de Beijing abre expectativas muy favorables para los productores que poseen sus plantaciones en la provincia, especialmente en el departamento Concordia.

Luego de que el Ministerio de Agroindustria de la Nación anunciara la apertura del mercado para arándanos frescos y arvejas secas argentinas a la República Popular China, productores entrerrianos comenzarán a exportar arándanos a partir de junio.

Según confirmaron desde la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (Apama), todo dependerá a de cómo se desarrolle la próxima campaña arandanera en Entre Ríos, teniendo en cuenta las condiciones climáticas.

Además, restan fiscalizar algunos procedimientos fitosanitarios por parte de inspectores chinos, trámites que se concretarán cuando comience la temporada.

“Se levantó la barrera y eso es lo importante. Ahora hay que trabajar sobre aranceles y costos, resolver los problemas de logística y mejorar aún más la calidad para llegar en las mejores condiciones a un mercado tan exigente como es China”, aseguró el presidente de Apama, Alejandro Pannunzio.

En este sentido, explicó que si bien el anuncio implica una “muy buena noticia” para productores entrerrianos de arándanos, advirtió que todavía queda mucho trabajo por hacer en materia impositiva.

Esto se debe a que Argentina tiene en Perú y Chile a dos fuertes competidores. Estos dos países, explicó el presidente de Apama, entran con arancel 0 a China mientras que nuestro país debe pagar un arancel del 30 por ciento.

A esta dificultad se suman los altos costos de la producción de arándanos en el país relacionados con la logística y la energía. Según detalló Pannunzio, la falta de competitividad radica en un tipo de cambio alto, costos laborales -no salariales- y el costo de la energía eléctrica, “que en Concordia es sideral comparado con otras provincias, como Corrientes por ejemplo”.

Estas desventajas comparativas, no obstante, son en parte compensadas por la calidad de la fruta –“superfruta” la llaman sus productores– que se cultiva en Entre Ríos, dado que el departamento Concordia, capital del arándano en la provincia, es una zona con un potencial agroecológico altísimo, con abundante agua de calidad, y suelos arenosos que se comportan muy bien para el cultivo. Posee, además, una época de maduración muy buena para estar en los mercados internacionales en un momento adecuado para el Hemisferio Sur.