La cooperativa Aldea Productiva la Esperanza está en vigencia, pero nunca pudo funcionar. Se trata de aquel proyecto intentado por el ex ministro de la Producción, Roberto Schunk -durante el gobierno de Sergio Urribarri, en campos expropiados al ex senador Mario Yedro, condenado por enriquecimiento ilícito-, que quedó trunco. Según adelantó Juan Pedro Farías -presidente de la cooperativa- , luego de la feria judicial demandarán al Estado provincial. “Ya hicimos una presentación pero la Procuración General la rechazó. Vamos a intentar otra vez después de la feria”, dijo Farías y cuestionó a la ministra de Gobierno, Rosario Romero: “Nos prometió soluciones inmediatas y todavía estamos esperando”.

Fuente: Análisis Digital

El déficit habitacional es uno de los graves problemas estructurales del país y la provincia. La falta de fuentes laborales genuinas y duraderas para la población argentina, es otro de las dificultades que la política y la sucesión de gobiernos no ha podido solucionar. La combinación de estas variables, entre otras, sumerge al país en una crisis social, económica y cultural cada vez más profunda.

En este contexto, casas terminadas están deshabitadas en medio de la Selva del Montiel. En Guardamonte, departamento Tala, se levantó la mitad de las soluciones habitacionales que se proponían en el proyecto Aldea Productiva La Esperanza: 50 de 100. La iniciativa que hace unos seis años impulsó el ex ministro de la Producción, Roberto Schunk -procesado por la estafa al Estado provincial con la fábrica de cosechadoras en Concepción del Uruguay-, consistía en que los campos expropiados al ex senador Mario Yedro (PJ-Concordia), por enriquecimiento ilícito, fueran ocupados por familias que se instalaran en el lugar y produjeran verduras, porcinos, frutas, miel y pescados, entre otras cosas.

Para lograrlo se dividió el campo en parcelas iguales. Se levantaron las casas, se evaluó socialmente a las familias que presentaron proyectos y se seleccionó a un grupo que conformó la Cooperativa Aldea Productiva La Esperanza. Todos presentaron sus carpetas con proyectos, pidieron que se baje el servicio de energía eléctrica, lograron que se enripie parte de los caminos y consiguieron las matrículas habilitantes. “Comenzamos a realizar cursos de apicultura, piscicultura, horticultura y porcinocultura”, recordó Farías y precisó: “A pesar de todos los cursos que hicimos, el más importante al inicio fue el de porcinocultura porque sería un ‘megaproyecto único en Latinoamérica’. Pero en el camino ese megaproyecto se cayó. También vinieron del INTA y nos dieron cursos para un proyecto vacuno; y para plantaciones frutihortícolas”.

La cuenta bancaria

Farías señalo que entre otras cosas, les dieron “una tarjeta bancaria de débito del Banco Nación, que sería para cobrar subsidios, los cuales fueron tramitados por Noemí Altamirano. A esta altura del proyecto, estaban involucrados el mismo Nino Schell, Lucio Amavet, Gustavo Patriarca, Etchemendy -todos siguen trabajando en el actual gobierno-. Ellos venían y nos engañaban permanentemente. Ilusos e inocentes nosotros que le creíamos y ellos nos vendían espejitos de colores. Nos hicieron pagar un dinero que sería una cuota inicial, todavía este mismo seguiría depositado”, contó Farías.

“Llegó material apícola y comenzamos a armar cajones, fueron varios los que hicimos. Limpiamos parte del campo y las colocamos. Hoy esos cajones están tirados y abandonados en el medio del monte, después de que Abigeato no dejó ingresar más a las personas de la cooperativa al predio”, indicó y agregó que “se trajeron plantines, se enripiaron caminos, se bajó la energía eléctrica”.

“Todo lo que se hizo fue para la Cooperativa Esperanza y por los integrantes de la cooperativa. Fue a través de Héctor Schell. También nos bajaron dinero para comprar materiales. Eso llegó a una cuenta particular. Se compró alambrados, varillas, manqueras. La cuenta bancaria del Nuevo BERSA donde depositaron dinero era del productor Abel Fratchia. Los vehículos para el traslado de la gente de la cooperativa para ir a trabajar, los ponía la Secretaría de la Producción. Así que el Gobierno provincial no puede estar ajeno a esto”, planteó.

El día que todo terminó

“A todos nos pidieron una carpeta completa con copias DNI y certificado de buena conducta, vecindad, certificados buena salud del grupo completo, etc. Tenemos vídeos y grabaciones de reuniones, donde siempre se dijo que las viviendas fueron hechas y prometidas en todo momento para nosotros que debíamos trabajar las tierras. El proyecto inicial era de 100 casas, cada casa ocupaba un lote de 2 hectáreas. Se terminó construyendo 50 casas. La casa número 1 era ocupada como oficina de la Cooperativa y también donde se guardaban todas las herramientas. Ese era el acuerdo”, aseguró Farías.

El presidente de la cooperativa contó que un día “llegó una orden verbal de parte del Fiscal de Estado para que desalojemos el lugar. Acudieron más de 150 policías, nos echaron como perros y la Policía se llevó todo lo nuestro. No pudimos sacar ni siquiera nuestra ropa. No hubo ninguna orden firmada por un juez. Se perdió todo lo construido hasta el momento: los cientos de cajones apícolas, más de 30.000 plantines frutihortícolas, 5.000 peces de buen tamaño que habíamos armado como criadero -Pacúes-, todas las herramientas compradas, generadores de energía, y la plata que nos mandaban ni siquiera se sabe dónde terminó”.

Los integrantes de la Cooperativa Esperanza fuimos explotados, nos mintieron. El millonario predio en Guardamonte hoy está abandonado, ocupado por animales vacunos de la FAA. La ministra de Gobierno, Rosario Romero, nos había prometido que iba a regularizar la situación. Pero todo terminó en la nada, politizando las cosas. Esto fue una situación de despojo y abandono por parte del Gobierno. Nosotros vamos a ir hasta el fondo contra el Estado provincial o quién fuere. Y que sepan que por los intereses de algunos políticos, el Estado puede sufrir una demanda millonaria”, advirtió Farías.