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RINDE NACIONAL Actualidad

La sequía le restó un 25% de rinde al maíz

El rinde medio nacional del cereal mostró el impacto directo que tuvo el déficit hídrico, que se ubicó en 60,1 qq/ha.
10/09/2018 19:34 hs

Luego de transitar una de las sequías más importantes de las últimas campañas, la cosecha de maíz con destino grano comercial finalizó esta semana sobre una superficie implantada de 5.400.000 de toneladas, muy por debajo del volumen recolectado el ciclo previo (campaña 2016/17: 39 millones de toneladas).

El rinde medio nacional del cereal mostró el impacto directo que tuvo el déficit hídrico, que se prolongó durante el período de definición de rendimiento y se ubicó en 60,1 qq/ha, un 25% inferior a los 80,2 qq/ha registrados el año pasado. En tanto, en términos económicos la sequía representó pérdidas en valor agregado por 1690 millones de dólares.

El ciclo 2017/18 había comenzado con una excelente expectativa de rendimientos para los lotes implantados en fechas tempranas. La humedad en los perfiles permitió correctas siembras, y relevar rindes potenciales cercanos a los promedios zonales, proyectando en un principio un volumen de producción de 41.000.000 de toneladas a escala nacional.

Pero la escasez de lluvias que se prolongó durante el verano coincidió con el período crítico del cultivo, provocando mermas en los rindes proyectados. De esta manera, sobre el volumen previsto a inicios de campaña se recortó la producción en 10. 000.000 de toneladas, por pérdidas de producción tanto de planteos tempranos como tardíos y de segunda ocupación.

Gran parte de los cuadros sembrados en fechas tempranas en el centro del área agrícola nacional comenzaron a transitar el período crítico de definición de rendimiento durante diciembre con ajustadas reservas hídricas. Los productores esperaban lluvias durante la primera etapa del verano para de esa manera asegurar un piso de rendimiento.

Lamentablemente, las precipitaciones fueron muy escasas, afectando negativamente el crecimiento y desarrollo de los cuadros. Solo los lotes con influencia de napa freática pudieron sobrellevar de mejor manera el déficit hídrico, a expensas del consumo de agua acumulada durante los meses previos.

La falta de precipitaciones también afectó a los cuadros tardíos y de segunda ocupación, tanto durante la ventana de siembra como en el periodo critico. El mismo se ubicó durante el mes de febrero, donde en general se dan precipitaciones en el centro del país. Durante esta campaña, tampoco se relevaron lluvias importantes en la segunda mitad del verano, acentuando el déficit hídrico. Esta realidad de gran parte de los lotes del cereal a lo largo del país, tanto de siembras tempranas como tardías, provocó una disminución muy marcada en los rindes potenciales zonales.

Al momento de poner en valor los efectos de la sequía, se observa que las pérdidas no sólo se visualizaron en el eslabón primario. La disminución del área y la producción tuvieron consecuencias negativas a lo largo de toda la cadena maicera, especialmente en la venta de insumos, en la provisión de servicios asociados y en las exportaciones proyectadas tanto para el grano como para los subproductos.

Según las estimaciones del Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales, el Producto Bruto de la Cadena de Maíz será un 18% menor este año 2018, respecto del nivel que hubiese alcanzado de no mediar la sequía, pasando de 9382 millones de dólares en el escenario base a 7691 millones en el escenario sequía. En términos de la economía en su conjunto, estas pérdidas de valor agregado por 1690 millones de dólares representan en el 0,25% del PBI de Argentina. Si se evalúa en términos de exportaciones netas, el impacto se estima en 532 millones de dólares.

Fuente: AGRITOTAL

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