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Opinión Actualidad

La vocación de exportar deberá ser cuidando y no resignando el consumo interno

El modelo económico exhibe como premisa fundamental, una fuerte inclinación de la voluntad oficial en fundar el crecimiento económico del futuro en base a dos pilares críticos: La inversión, y la exportación, relegando al consumo interno.
25/06/2016 06:35 hs

Una vez más, en el intento de contextualizar la realidad en la que el sector de ganados y carnes se desenvuelve, y concibiéndolo enmarcado en un modelo que lo contiene, resulta interesante al menos a priori, recurrir a cierto nivel de abstracción que nos permita simplificar las interpretaciones de sus circunstancias, y así proyectar en el tiempo las consecuencias de sus posibles decisiones.

Por ello, una vez transcurrido ya medio año de ejercicio del nuevo gobierno, nos permitimos afirmar que el modelo económico al que asistimos exhibe como premisa fundamental una fuerte inclinación de la voluntad oficial en fundar el crecimiento económico del futuro en base a dos pilares críticos: La inversión, y la exportación, relegando a una tercera posición al consumo.

Es así, y entendiendo lo dicho como una realidad advertida, a la que no le asignamos valoración ni juicio, que inferimos como condición necesaria para su éxito un tipo de cambio competitivo y una caída del salario real en la economía. Asimismo, y basados en las mismas premisas previas, podemos suponer que las herramientas de política económica, serán ponderadas en función a dichos objetivos, y consecuentemente encontraremos como tendencia de corto plazo un escenario signado por altas tasas de interés que en su vocación por bajar la inflación mostrarán subyacente la resignación del gobierno de cierto recupero de la actividad económica actual.

Ahora bien, conscientes de lo argumentado previamente como contexto macro en el cual el sector de ganados y carnes deberá tomar sus decisiones, no sería prudente soslayar que dicho sector ostenta como estructura de oferta actual una producción cuyo 92% se orienta al mercado interno, y tan sólo su 8% al comercio exterior. Esto último, resulta aún más crítico cuando las características del negocio, tratándose de la producción y venta de un bien biológico, contienen intrínsecamente una gran rigidez que inhibe todo potencial de conversión en el corto y mediano plazo.

Por ello, es que resulta de alta preocupación la posible proximidad de límites en el nivel de resistencia de una segunda rigidez, la de la demanda de carne ante incrementos considerables de precio, y sus factibles repercusiones en los eslabones de la cadena que incorpora el valor en el proceso de producción de dicho producto.

Hay evidencia empírica que hasta la fecha ratifica tanto la rigidez destacada en la demanda de carne frente a incrementos en su precio, como la falta de flexibilidad de la oferta, que hasta hoy, aún con la escasez consecuente del intento de reconversión de su matriz productiva reteniendo vientres y animales de bajo peso, continúa y continuará produciendo fundamentalmente para el mercado interno.

El posible quiebre de la rigidez precio de la demanda resulta preocupante, y constituye una variable clave en un contexto en el que la industria debe afrontar la evolución de otras variables independientes y críticas en su ecuación económica como la retracción del precio del cuero, el salto superlativo en el costo de la energía, el incremento del costo salarial post paritarias, y la caída de la cantidad de hacienda faenada que exacerba deseconomías de escala.

Finalmente, y asumiendo no tener la respuesta sobre hasta qué punto la costumbre y el paladar del pueblo argentino seguirán prevaleciendo en su conducta de compra ante incremento de precios en la carne y su consecuente constricción presupuestaria, entendemos fundamental que el sector pueda encontrar equilibrio y prudencia en el proceso de conversión de su matriz productiva, evitando así una crisis terminal producto de una caída abrupta de su principal fuente de fondeo estructural, que sigue siendo y será por mucho tiempo más su consumo interno.

Fuente: Decisión Ganadera

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