La exageración es el signo del verano 2022 en materia climática. La falta de agua con temperaturas en torno a los 40 grados en los primeros días del año, sucedieron jornadas voraces en materia de precipitaciones. Tan violentas son las cosas que la provincia ya ingresó a estado de emergencia agropecuaria por el daño que los eventos provocan en cultivos y ganados de carne y leche. Los dueños de los campos son los primeros beneficiados por la medida oficial ya que no pagarán impuestos por varios meses, algunos hasta el año que viene. El resto de los protagonistas, arrendatarios, colonos, pastajeros y contratistas, por ahora se pelan para salir de la encrucijada.

En cuanto a marcas se impone precisar que las precipitaciones ya dan que hablar por su abundancia. Primero se las pedía a gritos para paliar la seca y luego elevaban plegarias en busca de mesura, que por cierto no llega. En Villaguay, el periodista Gregorio Sesa dio cuenta de los 279 milímetros caídos en los primeros 26 días del año. En Paraná ya suman 173; 133 en Seguí, 194 en Cerrito, 162 en Hernandarias y 132 en Diamante, que pasan bastante por encima de los 110 caídos en la ciudad vecina, Strobel. En María Grande, el productor Hugo De Angeli avisó que su pluviómetro llegó a 216 y el alerta por lluvias de enero sigue vigente.

Los datos de los productores del Grupo Lluvia y los facilitados desde el sistema de la Bolsa de Cereales, indican que en 163 milímetros llovieron sobre Paso de la Arena, 114 en Humaita, 99 en La Criolla, 114 en Larreoque, 101 en Victoria, 183 en Raíces y 156 en Las Moscas.