El 4 de febrero de 1964 el Consejo Agrario de Entre Ríos creó la Colonia Oficial número 21, integrada por 40 pequeños productores, dentro de una estancia ubicada en la zona del camino que une a las ciudades de Viale y Maciá.
Los 60 años de aquel hito funcionan como excusa para rescatar la determinación del exgobernador Raúl Lucio Uranga, quién en un puñado de días hizo lo necesario para concretar el proyecto de aquellos pioneros.
Antonio Veik, nieto de uno de los beneficiarios, lleva la voz cantante con Campo en Acción al momento de recordar sucesos que le cambiaron la vida a tantas familias rurales: “Hoy en día quedan pocos de los primeros habitantes de la colonia y ellos recuerdan que todo empezó cuando se enteran, en 1962, que vendían el establecimiento donde trabajaban, de 3.500 hectáreas, -Campo Elías-, y que los nuevos dueños desalojarían a los colonos”.
Con ese pesar se empiezan a mover para no perder el lugar, “el destino era irse y arreglarse cada uno a su manera”, dijo Veik. El desenlace comienza cuando “mi abuelo, junto a Don Lange y Don Pierini, con la ayuda de un comerciante de Maciá, logran ponerse en contacto con el entonces gobernador Uranga y le contaron lo que pasaba”.
Estación Sola fue el punto de encuentro con el mandatario y aquí vale detenerse para ofrecer el contexto: Uranga viajaba en tren a Concepción del Uruguay y en Sola hacía una parada técnica que los productores aprovecharon para presentarse y contarle sus pesares en pocos minutos.
Le explicaron rápido el asunto y Uranga les hizo una promesa. ¿Qué sucedió luego? A los pocos días se enteran por radio que el gobierno compró la estancia para hacer una colonia; rápido nomas el mismo Uranga impulsó la mensura. Pero le quedaba poco tiempo al frente de la Provincia: el mismo golpe militar que tumbó al presidente Arturo Frondizi lo desalojó inconstitucionalmente de la Casa Gris.
Los productores debieron aguantar dos años, hasta 1964, para tomar posesión de los lotes. Veik detalla que fueron 40 y de 80 hectárea cada uno, -los que pegaban contra arroyos eran apenas más grandes-; pagaderos por medio de un crédito a devolver en 20 años. Los beneficiarios resultaron todos los que ya trabajaban en la estancia, más unos pocos que llegaron de zonas vecinas.
“Ahora queremos hacer un festejo para celebrar los 60 años” tiró Veik y deslizó que “la vaquilla ya está preparada”. La intención es hacerlo el sábado 3 de febrero con los colonos actuales y los que estuvieron. “La mayoría de los vecinos somos descendientes de los pioneros, algo así como el 70%. Hoy somos 35 familias, unas 80 personas, que nos dedicamos al tambo y la ganadería de carne”.
La colonia fue noticia meses atrás cuando impulsaron un reclamo para obtener la mejora del camino, algo lograron, pero falta. El productor cuenta que “el camino se mejoró bastante con la asistencia del consorcio. Y ahora seguimos insistiendo. El plan es terminar el trabajo”.
Y a tono con lo hecho por su abuelo, se juega una carta fuerte: a los festejos del 3 de febrero invitaron al gobernador Rogelio Frigerio. Si la pegan y el mandatario se da una vuelta por el lugar, probablemente le muestren el potencial de la zona mientras pasean por el camino de ripio que los define.
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