El establecimiento de Walter Muller, en Colonia Reffino, fue la sede de la Jornada Técnica de Maíz, organizada por las fimas Lyder Agro y el semillero Agseed que capturó la atención de los productores interesados en saber más para obtener los mejores rendimientos.
Pero las cosas no arrancaron del todo bien ya que Gabriel Espósito, docente de la Universidad de Rio Cuarto, dijo sin vueltas: “Tengo 30 años de profesional y desde entonces vengo detrás del pedido de análisis de suelos para conocer la fertilidad del lote”. Sucede que el experto insistió en la importancia de tal práctica de manejo de bajo costo con alto impacto en la perfomance de los cultivos.
Saber qué le falta al suelo permite sumar nutrientes esenciales, como por ejemplo fósforo, azufre, cinc, boro. “Hay que muestrear, no queda otra” determinó para graficar el camino de aquellos que quieren hacer la tarea como es debido. Y dejó aparte al nitrógeno, porque “en la medida que el maíz rinda hay que poner, de otro modo no es necesario”.
Deslizó que el fósforo es el principal constructor de la raíz de la planta y que en los años bravos se deja ver su importancia en toda su estatura. Una recomendación que hace a la cultura entrerriana tiene que ver con el aprovechamiento del guano de las granjas avícolas, que abundan por estos lares. Un maíz de 5.000 kilos de llevará 15 kilos de fósforo midió y dejó así las cosas para que cada quién haga sus cuentas. Por el andarivel de los valores subrayó que “la relación de precios entre fertilizantes y granos está equilibrada, pero hay que analizar suelos para hacerlo de manera adecuada”.
Raul Castelazzi, presidente de Agseed, destacó que el suyo es un semillero argentino con 100% de genética propia, condición que les permite “comprender mucho mejor a los productores, porque nos pasa lo mismo que a ellos. Tenemos un alto grado de empatía”.
De la compañía, que acredita 44 años de trayectoria, aportó a Campo en Acción que vive en el cambio permanente “en particular en el departamento investigación” que es desde donde motorizan las propuestas innovadoras para los agricultores.
Del contexto dijo que “venimos de una campaña difícil pero con una superficie creciente. La falta de agua fue durísima pero lo cierto es que el maíz es el cultivo del futuro y eso es maravilloso. Llegaremos a las 10 millones de hectáreas y estamos cerca, en 7,2”.
Del marco regional aportó que “los valores de las semillas están más concentrados en los países vecinos ya que acá hay empresas formadoras de precios y otras que nivelan; en definitiva estamos mejor que nuestros vecinos”.
Por su parte, Miguel Cabello, responsable de Desarrollo de la empresa, puso en valor que “tener un programa de mejoramiento genético propio es fundamental para por ejemplo el control de malezas e insectos. Con los cruzamientos podemos pensar que el objetivo para cada zona está en el programa”. Dijo incluso que en maíz, la genética avanza para dar mayor potencial de granos en la zona núcleo y estabilidad en el resto del país y los maíces sileros.
Para Yari Rodríguez, socio de Lyder Agro, el balance de la jornada deja saldo positivo: “Estos encuentros ya son un clásico y estamos contentos de ser una referencia importante en la región”.
Del escenario coincidió con sus colegas en que “la campaña maicera se presentó complicada pero no opacó el porvenir. La suba de los insumos, en especial los fertilizantes, contrasta con el valor del cereal. Esa relación nos da tranquilidad porque hay una necesidad enorme de maíz para la nutrición animal”.
Desde el punto de vista del rendimiento sentenció que el último período fue para el olvido, pero sirvió, dijo, para medir el piso. Y confirmó que la banda de fecha de siembra hizo que haya variaciones. De todos modos se quedó con que lo esencial pasa también por el manejo: el uso de un excelente híbrido y fertilizante no garantizan el éxito de no mediar el asesoramiento adecuado para definir la densidad de siembra y la importancia del análisis de suelo.
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