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Chaco: La campaña agrícola con serios interrogantes

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23/06/2019 19:37 hs

El escenario para el trigo en el Chaco es muy distinto al nacional. El girasol caería a la mitad de la siembra de la campaña pasada y los productores que se volcarían a los cultivos de invierno recién cosecharían en mayo próximo.

Las buenas campañas agrícolas precedentes no se repetirán en esta temporada. Es que las grandes lluvias que generaron inundaciones históricas están haciendo estragos en la actividad primaria provincial, con pérdidas incalculables y una incertidumbre sin igual. A tal punto que la implantación de los cultivos de invierno genera interrogantes al por mayor, siempre a contrapelo del escenario nacional.

La gran duda planteada es a qué cultivo se va a volcar el productor. La siembra de girasol arranca a mediados de julio y todo agosto, pero en esta campaña es posible que arranque más temprano porque no se esperan condiciones de frío.

El trigo se presenta como la alternativa esperanzadora para los alicaídos bolsillos chacareros, pero el escenario que se vislumbra en el país no es semejante para el Chaco. Con una fecha de siembra ideal que transita sus últimos días, el exceso hídrico generó que los productores de entrecasa no pudieran realizar en tiempo y forma las actividades culturales adecuadas para un correcto desarrollo del cultivo, producto de la gran masa líquida que cubrió la región productiva más importante. Algo parecido pasa con el girasol, que de una campaña pasada histórica pasará a una próxima donde la estimación ni siquiera llega a la mitad del hectareaje de la temporada 2018-19.

Panorama sombrío

Es el subsecretario de Agricultura de la provincia del Chaco, Jorge García, quien intenta poner algo de claridad a este de por sí sombrío panorama. “El problema con el trigo es que se está yendo la fecha de siembra ideal. Junio es la última posibilidad y el escenario del Chaco es muy distinto al nacional, porque no se pudo realizar la siembra temprana por el exceso hídrico y recién ahora están pudiendo entrar en los campos”, en declaraciones a NORTE Rural.

Según información oficial, la intención relevada de siembra alcanzaba las 60.000 hectáreas, contra las 100.000 del año pasado. “Pero hasta la semana pasada teníamos el 10 por ciento sembrado y recién ahora puede reactivarse algo más”, agrega. “Si bien en el Chaco no es un cultivo que el productor hace para ganar plata, va a ser de muy baja incidencia en la provincia a contrapelo de lo que está pasando en el resto del país”, concluye al respecto.

“Los productores se van a ir a los cultivos de verano (algodón, soja y maíz), pero van a tener un año largo para que le ingrese dinero a sus bolsillos”, advierte el subsecretario de Agricultura.

Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario da cuenta y confirma una mayor expansión para la superficie de trigo a nivel nacional. De esperar hasta el mes pasado 6,8 millones de hectáreas, ahora aguarda 7 millones, la mayor superficie en 18 años. ‘Los planes de rotación siguen cobrando fuerza y si bien hay amplias zonas con barro y saturación de humedad en los suelos, se va a trabajar intensamente durante toda la ventana de siembra para cumplir con la intención. El potencial de la campaña, tomando la marca de los últimos 5 años, un promedio nacional de casi 32 qq/ha, sugiere que la nueva campaña incluso puede superar los 22 mt‘, explicaron desde la entidad.

Por otra parte, bajó en 500.000 toneladas la cosecha de soja, a 56,5 millones de toneladas. ‘Se han hecho ajustes negativos en Chaco (300.000 t) y se han descontado casi 300.000 hectáreas del área sembrada‘, indicaron. Así, recuerda que en el Chaco las inundaciones dejaron cientos de campos bajo el agua.

Las dudas

Pero la gran duda planteada es a qué cultivo se va a volcar el productor. Y la fundamentación a este interrogante es por demás de clara: la siembra de girasol arranca a mediados de julio y todo agosto. Incluso, en esta campaña es posible que arranque más temprano porque no se esperan condiciones de frío.

“A la fecha, tenemos relevado la mitad del año pasado: 193.000 hectáreas”, advierte García. Es que en la temporada pasada el área de siembra superó las 450.000 hectáreas. “Estamos advirtiendo una fuerte caída en el girasol. El que siembra en julio prepara los lotes en febrero y marzo, y esa etapa previa no se pudo hacer porque estábamos en plena inundación”, destacó el funcionario provincial.

Esta realidad está indicando que “a las alternativas de invierno (trigo y girasol) el productor no las va a poder cumplir”. “Se van a ir a los cultivos de verano (algodón, soja y maíz), pero el productor va a tener un año largo para que le ingrese dinero a sus bolsillos, ya que van a cosechar recién en mayo del año que viene. Para los cultivos de invierno el panorama es gris. Más allá del interrogante que genera el girasol”, finalizó García.

El girasol se somete a debate

¿Puede crecer el girasol en la Argentina? ¿Hay chances de mejorar su inserción en el mundo? ¿Qué saltos tecnológicos le esperan? ¿Se pueden achicar las brechas de rendimiento? ¿Qué pasará con el precio? ¿Qué as tiene la ciencia bajo la manga?

El próximo Congreso Argentino de Girasol, a realizarse el 2 de julio en la sede de la UCA en Puerto Madero, estará recostado en tres grandes ejes. Por un lado, se expondrán las recomendaciones técnicas, avances en tecnología y mejoras que potencian su rendimiento, también se analizarán el presente y el futuro de los mercados del girasol y sus posibilidades de expansión, y por último se llevará a cabo un cónclave que pondrá en blanco sobre negro los aportes que la ciencia puede hacerle al cultivo.

Mientras crece la demanda global de aceite de girasol, Ucrania -el mayor exportador mundial de ese producto con el 56% de las ventas totales- se enfrenta a un virtual estancamiento en el área sembrada del cultivo. ¿Esto encierra una oportunidad para Argentina? Según la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca, nuestro país podría cubrir el 16% del incremento proyectado en la demanda mundial de grano de girasol, estimado en 5,13 millones de toneladas para los próximos cinco años. En este contexto, ¿qué pasará con los precios? Y ¿cuál es el índice de confianza al que los productores pueden recurrir para plantearse la siembra de girasol en cada zona?

En tanto, en el lote, los productores se enfrentan a la aparición de malezas resistentes a los herbicidas del grupo de las imidazolinonas. ¿Qué aportan los especialistas para mitigar el problema? Además, ¿cómo ajustar el manejo para evitar el impacto que tiene en otros cultivos la residualidad de los herbicidas utilizados en girasol?

La sanidad es otro de los frentes abiertos. Aquí, los científicos tienen mucho que decir sobre Phomopsis, una enfermedad relativamente nueva en el país, que empezó con un pequeño foco y se ha ido incrementado hasta volverse importante en la zona Oeste. A la par se encuentra el viejo y conocido Downy Mildew que enfrenta la constante aparición de nuevas razas que quiebran algunas de las resistencias actuales. Los dos temas concentrarán toda la atención de los especialistas.

Además, ¿cómo planificar decisiones en base al clima? Y el país que viene: ¿qué impacto tendrá en la economía agropecuaria el año electoral? Todo lo que hace falta saber para encarar la nueva campaña agrícola aprovechando los aportes del girasol.

Números que no cierran

Como paliativo para sortear esta crisis hídrica, los gobiernos nacional y provincial habían anunciado 200 millones de pesos para destinar a los productores. El reparto de esta asistencia generó múltiples dudas entre los damnificados, interrogantes que se siguen manifestando a partir de la información oficial.

Ahora, desde la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación, se comunicó el fin de semana pasado que ya se entregaron $ 87.149.458 en Aportes No Reintegrables, a través del Fondo Nacional para la Mitigación de Emergencias y Desastres Agropecuarios (FONEDA), para ser destinados a 1.014 productores chaqueños afectados por las inclemencias climáticas, a partir del convenio N° 33/19 celebrado entre la cartera nacional y el Gobierno de Chaco.

El secretario de Gobierno de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, sostuvo que con esta entrega ‘estamos cumpliendo lo prometido en mayo de este año. Vamos a continuar trabajando para colaborar y seguir brindando soluciones a los productores agropecuarios‘. Se trata de un monto superior al 87% de los 100 millones de pesos comprometidos en el mencionado convenio. Además, los productores afectados recibirán $38.982.871,39, como aporte de la Provincia. Con estos fondos se busca asistir económicamente a los productores de hasta 500 hectáreas sembradas, que cuenten con certificado de emergencia agropecuaria, para la compra de los insumos de la próxima campaña 2019/2020 y recomponer sus unidades productivas, estableciendo un monto máximo de $179.360 por productor.

Si la suma no falla, no alcanzan los 140 millones de pesos los montos en cuestión, muy lejos de los 200 millones prometidos que sólo representan un paliativo ínfimo para las millonarias pérdidas estimadas.

El algodón después de más de dos meses de lluvias intensas

Un productor del norte de la provincia le envió fotos al portal Infocampo que dejan ver la diferencia entre el estado de los capullos que estaban próximos a ser cosechados y el estado actual de degradación. Los más de dos meses de excesos hídricos e inundaciones provocaron serias complicaciones en la campaña agrícola en Chaco.

El productor Iván Klein, de Castelli, envió fotos que dejan ver la diferencia entre el estado de los capullos de algodón que estaban próximos a ser cosechados y el estado actual de degradación.

Más del 30% de la cosecha se perdió, cuando a principios de año se esperaba un ciclo productivo récord en la provincia, principalmente en algodón, sorgo, soja, maíz y girasol. En ese escenario, Infocampo conversó con el productor Iván Klein, de Juan José Castelli, al norte de la provincia, quien envió fotos que dejan ver la diferencia entre el estado de los capullos de algodón que estaban próximos a ser cosechados y el estado actual de degradación.

“No se pudo entrar a cosechar por falta de piso”, resaltó Klein, al tiempo que aclaró que por ese motivo todavía no hay registros en relación a los rindes.

En cuanto a la cantidad de agua que cayó en la zona, Klein contó que en el período de recolección se registraron 497 milímetros. En marzo, hubo 229 milímetros; en abril, 114 y en mayo, 145 mm. Los rindes esperados, en tanto, están por debajo de los 1.000 kg/ha.

Efecto inundaciones

El relevamiento realizado por efecto de las inundaciones es lapidario. En algodón fueron unas 65.000 hectáreas las perdidas y en soja 100.000. A la soja hay que agregarles otras 100.000 que no se pudieron sembrar y otras afectadas en diferentes grados. En total, un 35 por ciento del área fue afectada con diferentes grados de afectación. Lo que quedó en pie se malogró mucho por el temporal de mayo, con complicaciones en calidad y rindes. En algodón no fue tan grave, pero la campaña recién alcanza un 40 por ciento, al igual que la soja.

Fuente: Guillermo Koster - Diario NORTE

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