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Análisis

Cómo seguirá la actividad de ganados y carnes

Consolidar la cadena, clave para aprovechar oportunidades de largo plazo.
Consolidar la cadena, clave para aprovechar oportunidades de largo plazo.
27/05/2020 10:29 hs

La recuperación de la ganadería en los últimos cinco años y el buen desempeño en la cuarentena abren camino para repensar la oferta en un mercado mundial en crisis. El impacto de la macroeconomía y de la caída de los precios del petróleo y del cuero, entre otras variables. Consolidar la cadena, clave para aprovechar oportunidades de largo plazo.

Así comienza este pormenorizado análisis realizado por Luis Bameule, Presidente de Agritur San Luis, expresidente de Quickfood y Director de la Fundación Producir Conservando que publicó VALOR CARNE.

En estos días, la cadena de ganados y carnes está trabajando con bastante normalidad, lo que no es poco en tiempos de pandemia global. Por eso, es buen momento para hacer una puesta a punto sobre el camino recorrido, la coyuntura y los desafíos a superar para seguir construyendo a futuro.

Teniendo en cuenta el prolongado ciclo entre la gestación del ternero y el consumo final, es importante contemplar las cifras de la actividad en plazos más largos. Con esa visión, repasemos algunos datos de los últimos cinco años:

– El stock siguió incrementándose hasta recuperar casi el 60% de lo perdido entre 2008 y 2010. Hoy se ubica entre 53 y 54 millones de cabezas.

– La producción total equivalente a carne con hueso creció algo más del 10%, a unos 3 millones de toneladas en 2019.

– El consumo interno por habitante bajó unos 10 kg. anuales y promedia un poco más de 50 kg.

– La caída se compensó con un aumento en el consumo de pollo y cerdo.

– El consumo total de todas las carnes alcanza hoy unos 115 kg. anuales, mucho más alto que el promedio mundial y unos 20 kg. más de lo que recomiendan los nutricionistas.

Qué pasó con las exportaciones

Las cifras expuestas hasta acá indican que futuros aumentos de producción deben destinarse básicamente al mercado externo, fortaleciendo el impulso dado en los últimos años.

La reactivación de las exportaciones entre 2016 y 2020 fue contundente: se pasó de 180 mil toneladas a 830 mil, logrando que el ingreso de divisas ascienda desde los USD 600 millones a USD 3.500 millones.

La mayor parte del incremento se debe a las compras de China, pero también hay que decir que se reabrió el mercado americano, lo que suma oportunidades.

En el crecimiento fue muy importante el trabajo coordinado entre la Mesa de las Carnes (incluye a todos los eslabones de las cadenas de vacuno, cerdos, aves y ovinos) y las autoridades nacionales.

Hubo avances trascendentes en la eliminación de trabas y permisos para exportar, quita de algunos impuestos distorsivos, formalización de los negocios y apertura de mercados, entre otros.

Es de destacar la importancia del diálogo, la búsqueda de consensos, unificación de agendas y, sobre todo, la generación de confianza para el trabajo en común.

La oportunidad de mejora

Queda mucho por hacer. Ha crecido la velocidad de engorde, pero debe mejorarse la tasa de destete, que no supera el 63% y el peso promedio de la res faenada que sigue en un promedio de 225 kg., unos 30 kg por debajo de Uruguay.

Para destacar, en 2019 China absorbió prácticamente el 70% del total exportado.

Con la asunción del nuevo gobierno, se consolidó el cepo cambiario y se elevaron las retenciones al 9%, ambas medidas contrarias a la exportación y que afectan el poder de compra de los frigoríficos.

El escenario hoy, a fines de mayo de 2020, está muy afectado en el mundo por la pandemia, con repercusiones de todo tipo que provocan cambios en la demanda del consumo y de la exportación.

En la Argentina, bajó el consumo de menudencias y cortes para la parrilla, mientras que subió el de cortes sin hueso para cocinar en casa. A la vez, se registra una mayor demanda de grasa para la industria del jabón y un fuerte retroceso en el precio de los cueros, por caída de la demanda internacional. Esta depreciación se agravó en nuestro país por la imposibilidad de exportar cueros salados, lo que obliga a los frigoríficos a entregarlos a valores ridículos, salarlos, o enterrarlos.

En cuanto a la exportación, se verifica una fuerte baja de la demanda de cortes de calidad por el cierre masivo del mercado de HORECA (hotelería, restoranes y cattering).

En ese marco, el precio de la cuota Hilton está entre los más bajos en muchos años. El Rump and Loin Hilton (conjunto de bife, lomo y cuadril) casi no tiene mercado y se está pagando muy por debajo de los USD 10 mil por toneladas. Además, la cuota se incumplirá este año, no por falta de oferta sino por la brusca caída de la demanda europea.

Algunos datos de China

Luego del pico de la pandemia, que cortó los flujos entre diciembre y febrero, China ha vuelto a demandar volúmenes importantes, a precios razonables, pero inferiores a los muy elevados del tercer trimestre de 2019.

Los números del crecimiento chino en diez años son impactantes: en 2009 importó unas 15.000 t; en 2019, casi 1.650.000 t. Es decir, ha crecido más de 100 veces en una década. Y va por más.

Un problema para la industria exportadora argentina, además del casi nulo valor de los cueros y los bajos valores por los cortes especiales y parrilleros, es la fuerte dependencia de un solo comprador.

La enorme y creciente demanda de China es buena noticia, pero como dice el viejo dicho ¨si China estornuda, se refría la Argentina¨.

La baja del petróleo ¿Conviene?

En otro eslabón de la cadena, la baja del maíz a causa de la caída de los precios de combustibles ayuda a menguar costos de engorde, en especial a los feedlots, mejorando así su ecuación económica.

En este contexto, los precios del ganado, en términos reales, han retrocedido y ni hablar en dólares, en particular para el novillo pesado. La vaca se ha mantenido en mejores valores relativos.

¿Cómo sigue esto?

En el mediano y largo plazo China seguirá necesitando grandes volúmenes de carne, la UE debería volver a generar demanda a medida que se levanten las cuarentenas, lo mismo EE.UU., Israel, Chile y otros mercados más pequeños.

En la Argentina tendremos que ver cómo salimos de la dura crisis, no solo sanitaria, sino económica. Los problemas de renegociación de la deuda externa, la grosera inflación, la falta de crédito y las altas tasas de interés, sumados a la informalidad y a los altos impuestos y retenciones a productos y subproductos, son barreras muy fuertes a la competitividad y deberá trabajarse en todos los frentes.

Habrá que tener en cuenta que también están los aranceles y barreras que aplican los países compradores para proteger su producción propia.

Ante tan grande desafío, la cadena de ganados y carnes ha mostrado siempre capacidad de adaptación y, día a día, va ganado eficiencia productiva. Tenemos además una materia prima de reconocida calidad.

Por último, pero no menos importante, la cuarentena mundial está mostrando que la supuesta emisión de gases de efecto invernadero (GEI) sería mucho menos importante de lo que se pensaba y permitirá rechazar con argumentos comprobables que la ganadería no es tan responsable del calentamiento global, como hasta hace unos meses se especulaba. Así lo refieren especialistas internacionales, en base a imágenes satelitales de Europa y Asia.

Esto ayudaría a frenar medidas paraarancelarias que se vienen gestando desde hace tiempo y planteos de la sociedad en contra del consumo de carne vacuna.

Sin dudas la noticia de estos días sobre la posibilidad de que la Argentina se baje de nuevos acuerdos de libre comercio llevados a cabo desde el Mercosur, es una muy mala señal, ya que necesitamos un mejor acceso a mercados para seguir aumentando el ingreso por exportaciones.

En esto también habrá que trabajar y mucho.

En el balance, soy optimista, especialmente para el mediano y largo plazo. Mientras tanto, hay mucho que hacer.

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