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Sosa

El agro visto por Mauro Abel Brondi, un agrónomo de la nueva generación

El profesional cuenta que forjó su vocación trabajando junto a su padre.
El profesional cuenta que forjó su vocación trabajando junto a su padre.
17/01/2024 19:24 hs

La excusa de saber más acerca de la marcha de la campaña agrícola dio la oportunidad de conocer a Mauro Abel Brondi, un joven profesional de 29 años, tercera generación de productores que siembran en campos propios y también alquilados. Es integrante de una familia del agro entrerriano, que trabaja en campos de Tabossi, también zonas cercanas a María Grande, La Colmena, y el Distrito Tala. Un radio de acción de 80 kilómetros de Estación Sosa, base de operaciones de esta empresa agropecuaria.

“Estudié primaria y secundaria en Paraná y luego en Oro Verde fui a la Facultad de Agronomía”, cuenta Brondi y reconoce que su vocación se fue construyendo desde chico: “Mi padre me traía los fines de semana a Sosa y me mostraba todo lo que hacía, también en vacaciones y cuando no tenía clases”. Complementa con que “ya un poco más grande, me fui sumando al trabajo de rutina en tiempos de siembra y sí había que cosechar, andaba ´tolveando´”. Mauro aporta a Campo en Acción que su elección no fue una imposición, “pero hay ciertas pasiones que hay que despertarlas de chico y la verdad que en eso mi viejo hizo un laburo bastante bueno. Ya de grande me di cuenta que esto es lo que me gusta”, reconoce.

La campaña agrícola

En su área de influencia, el trigo, al igual que el año pasado, anduvo bastante bien para lo que se pensaba al inicio del ciclo, porque las lluvias fueron escasas en el invierno, pero, -dijo-, "zonalmente ligamos algunos chaparrones que estiraron un poco el tema del llenado y luego, durante la etapa de floración, -en octubre- se complicó porque vinieron días de calor y algunas garúas, que generó preocupación de que aparezca fusarium, pero por suerte zafamos”. El joven profesional destaca que los rendimientos no fueron parecidos al ciclo anterior, “anduvieron bastante aceptables y siempre decimos que los trigos de las últimas dos campañas sirvieron como parches”.

El joven agrónomo comenta que los suelos de la zona donde trabajan fueron históricamente mixtos, con alto porcentaje de arcilla. “Se observan los denominados sódicos (baja permeabilidad que dificulta la penetración de agua), que han ido mejorando por medio de la siembra directa y la fertilización; también la conservación con terrazas permitió expandir la agricultura, conservando los suelos”, reflexiona Mauro Brondi. Ponderó que “si hubiésemos seguido con las prácticas de nuestros abuelos, -que no lo hacían de malos ya que era lo conocido en ese momento-, tal vez, hubiésemos tenido que optar por ganadería al 100%, o gran parte. Hoy, en cambio, ejercemos una actividad mixta rotando campos y cultivos”.

Qué hacer con las malezas

—La siembra directa fue un gran avance para producir mejor, cuidando el recurso. Ahora bien, ¿Qué pasa cuando aparecen malezas, esas que en los últimos años se describen como problemáticas y resistentes? ¿Qué prácticas se imponen para evitar la pérdida de rendimiento en los cultivos comerciales?

—El tema maleza es complejo, este año no hubo tantos problemas para el control, como fue el año pasado en la campaña de granos gruesos, por el tema de que se cortó el agua y bueno, había mucho estrés hídrico y ya de por sí las malezas estaban medias duras para controlarlas. Se sumó que estaban estresadas y no dábamos con la humedad en el suelo para para controlarla. Hubo mucho escape de malezas. Este año, por suerte, se pudo hacer barbecho y el control no fue tan complicado como el año pasado.

—Cuando vemos que algunos volvieron a las viejas prácticas, -como vos decías, la de tus abuelos-; dando vuelta la tierra para combatir las malezas, ¿que opinión te merece?

—Chocamos con algunos colegas, particularmente no comparto ninguno de los dos extremos, veo que se usa mucho el acondicionador de suelos para mover el lote en general cuando tenías una hermosa cobertura y las condiciones para sembrar ideales y no hay malezas problemas. Particularmente usamos acondicionador en las cabeceras, fundamentalmente porque apareció el canario rojo, como le decimos a la Dicliptera tweediana, que se escapa y no se puede controlar con nada. Este año especialmente tuvimos que usar el acondicionador también en los rodeos con presencia de Cloris, que se van expandiendo y si no lo haces, no se controla con nada.

Y aclara que solo en esas partes críticas, para el resto del lote por medio de siembra directa y aplicación de herbicida se va manteniendo.

El profesional agrega que “la clave es monitorear y encontrar a la maleza chica, seguirla y no perderle el rastro porque una vez que se escapa es complicado controlar y, como se dice popularmente, sale un ´fangote de plata´, siendo ineficiente e ineficaz cualquier tratamiento posterior”.

La consulta final con el joven ingeniero agrónomo fue sobre un tema que sensible, fundamentalmente de la sociedad urbana: “En el tema fitosanitarios hay que diferenciar aquel que se usaba hace 10 o 15 años, con los actuales. Hay nuevas moléculas, principios activos y en selectividad que mejoraron y mucho; ya que hay más presencia en el mercado de productos banda verde, que no son inocuos, pero son más amigables con el ambiente y bien selectivos para los insectos”, destaca Brondi.

Como ejemplo concreto del momento, relató: “Hoy tenemos al girasol en plena floración y, a la vez, la presencia de orugas que hay que controlar sin afectar a todos los insectos que son benéficos”. Su plan de ataque es optar por un producto selectivo banda verde que básicamente consiste en pulverizar sobre el girasol para que la planta absorba ese activo y “empache a la oruga produciendo un desarreglo en el sistema que la elimina sin afectar a los insectos benéficos, fundamentalmente las abejas, que están en plena actividad de polinización”, finalizó.

Miguel Eugenio Ruberto / Campo en Acción

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