Para la Bolsa de Cereales, en la provincia habrá una caída de la siembra de maíz que oscilará entre el 5% el 10%, en comparación a la campaña pasada. En rigor, aportan que en el ciclo 2021/22 se implantaron 509.700 hectáreas, de las cuales el maíz de primera ocupó el 91 %, mientras que el 9 % restante lo ocupó el maíz tardío y de segunda. Por lo tanto, la intención de siembra actual, que arrancará en dos meses, se posiciona entre 459.000 a 484.000 hectáreas.

Dentro de los factores que desalientan a la siembra de maíz se destacan el costo de los fertilizantes nitrogenados, insumo indispensable para lograr buenos rendimientos. Suman el escenario climático para el verano poco favorable, ya que actualmente los modelos climáticos avizoran un Pacífico Ecuatorial que podría permanecer neutro o bien tender a un nuevo enfriamiento, en consecuencia anuncia que las precipitaciones pueden ser inferiores a la alta demanda que requiere el maíz de primera en la etapa de floración (diciembre).

Destacan una mayor demanda de híbridos para siembras tardías o de segunda (que normalmente se efectúan en la segunda quincena de diciembre), como una alternativa para reducir el impacto de un verano que puede ser seco.

La cosecha de los lotes sembrados con maíz tardío y de segunda es muy lenta, debido a la alta humedad que aún presentan los granos, las proyecciones muestran que el rendimiento promedio será superior al alcanzado por los maíces de primera. Cabe recordar que el rendimiento promedio del maíz de primera a nivel provincial fue de 3.217 kg/ha.