Los productores de arroz en la provincia argentina de Entre Ríos a menudo parecen mecánicos. "Siempre están llenos de grasa, porque transportan combustible diesel todo el tiempo, para sus bombas de agua", dice el agricultor local Arturo Deymonnaz. Él, sin embargo, no tiene ese problema, porque usa energía solar para cultivar su arroz.

La granja de Deymonnaz se encuentra a las afueras de la ciudad de Villa Elisa, cerca de uno de los puentes que cruza hacia Uruguay. Es un productor de ganado de toda la vida, como su padre y su abuelo, pero en 2018 se aventuró en la producción de arroz, tentado por un agrónomo que le aseguró que podría cultivarse con energía limpia.

“Esta es tradicionalmente una zona productora de arroz, pero muchos han dejado de cultivarla porque se gasta tanto dinero en combustible que ya no es rentable. Aquí, el arroz se planta en noviembre y se cosecha en abril. Son 100 días con las bombas funcionando las 24 horas del día para extraer agua de los pozos para el arroz ", dice a IPS.

Pero Deymonnaz dice que es rentable para él cultivar arroz, gracias al hecho de que extrae agua de un pozo de 48 metros de profundidad utilizando dos bombas alimentadas por 36 paneles solares en su granja de 300 hectáreas, 10 de las cuales ahora se dedica a plantar arroz.

“Lo llamo mi granja de arroz solar. No gasto dinero en combustible y no tengo que aguantar el ruido o el vapor producido por el motor ", dice el agricultor, que también instaló un sistema de mangas de plástico con compuertas para reducir el alto consumo de agua de su cosecha de arroz. Estima que con este sistema usa al menos un 30 por ciento menos de agua.

Deymonnaz es representativo de un fenómeno que está creciendo en este país del Cono Sur de 44 millones de personas, que es la tercera economía más grande de América Latina y donde la agricultura representa el 13 por ciento del PIB.

Según el último Censo Nacional Agrícola realizado aquí en 2018, de los 162,650 establecimientos rurales que usan algún tipo de energía, 25,850 tienen paneles solares.

Las bombas de agua utilizadas en el cultivo de arroz son muy potentes, lo que significa que no pueden confiar en las conexiones eléctricas convencionales. Incluso las granjas conectadas a la red tienen que usar generadores que funcionan con combustible diesel.

CRÉDITO: Cortesía de Héctor Pirchi

“En Entre Ríos, el costo del combustible está llevando a los pequeños agricultores a la quiebra. Solíamos tener alrededor de 100,000 hectáreas de arroz, pero el año pasado solo se sembró la mitad. Es por eso que la energía solar es una solución " , dijo a IPS Héctor Pirchi, experto en arroz del Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA).

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