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CIARA

Gustavo Idígoras: "Santa Fe es un cluster productivo y exportador por naturaleza"

18/12/2019 15:27 hs

El titular de Ciara, reconoce que hay un contexto complejo, con cambios de reglas de juego; también visualiza grandes oportunidades a partir de la pulseada comercial entre Estados Unidos y China y la necesidad del gigante asiático de reemplazar productos antes provistos por los norteamericanos.

Gustavo Idígoras, es el presidente de la poderosa Ciara (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina), con decisiva presencia en territorio santafesino. También preside el CEC (Centro Exportador de Cereales). Y si bien reconoce que hay un contexto complejo, con cambios de reglas de juego; también visualiza grandes oportunidades a partir de la pulseada comercial entre Estados Unidos y China, y la necesidad del gigante asiático de reemplazar productos antes provistos por los norteamericanos.

—¿Cómo analizan el año que termina? Porque por un lado hubo una gran cosecha. Pero las condiciones fueron cambiando constantemente el escenario, sobre todo a partir del segundo semestre...

—Es cierto. Para nosotros, como industria agroexportadora, fue un año atípico. Tenemos una cosecha récord, que ha permitido un volumen importante para los puertos, un gran movimiento de barcos para poder concretar exportaciones. Pero igualmente ha sido un año extremadamente complejo para la sostenibiildad y rentabilidad de la industria.

Diría que hemos experimentado muchas vicisitudes en términos económicos, vinculadas por dos grandes factores. El primero, es local: la inflación, la inestabilidad cambiaria, el no acceso al financiamiento local y altas dificultades para lograr financiamiento internacional y finalmente una estructura impositiva de impuestos a la exportación, que tienden a primarizarlas.

Es muy lesivo para los intereses de la industria, sobre todo de la industria de la molienda que apuesta a generar empleos y transformar productos para exportar al mundo.

El modelo impuesto por el gobierno que salió es también lesivo: vamos a exportar lo que el mundo pide y no lo que la Argentina quiere. Y a Argentina le piden ser el granero del mundo, como viene sucediendo desde hace cien años, pero, claro, sin valor agregado...

Y todo esto, en un escenario internacional -que es el segundo aspecto- muy condicionado por la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Donde hasta el año pasado Estados Unidos fue el gran proveedor de granos de China; y hoy ese país decidió como represalia, no comprarle más, sobre todo soja.

—Y allí, aparecemos en el mapa...

—¡Claro! El gigante chino se dio vuelta y miró el mundo y vio que hay dos grandes países que pueden darle respuestas a las 100 millones de toneladas que necesita. Y esos son Brasil y Argentina.

La diferencia es que Brasil ya se dedica desde siempre a exportar poroto sin procesar y en cambio procesa un porcentaje para el mercado interno. Mientras que nuestro país tiene el 80% del volumen cosechado listo para ser procesado en nuestra industria, la más grande del mundo. Este año se fueron casi 11 millones de toneladas sin procesar. Así que tuvimos un año récord en cosecha, en relación a la capacidad instalada que poseemos, de 65 millones de toneladas de soja. Pero al no procesar, eso significa menor cantidad de trabajo industrial por mes.

Hoy estamos en esa trampa que la industria sufre: captación internacional de granos sin procesar, y dificultades en el orden interno para funcionar. Todo ello ha llevado a que la industria esté sobrellevando una situación compleja. Y que haya hecho igualmente un gran esfuerzo por mantener un alto nivel de molienda. Por eso, quien mira esos números puede llegar a creer erróneamente que fue un gran año.

Argentina tiene un mercado ultra competititvo con empresas nacionales y multinacionales grandes que pusieron todos sus recursos para competir y no quedar atrás. Y cuando van cerrando sus balances anuales, se encuentran con dificultades. Para nosotros fue, entonces, un año complejo, en lo internacional y local.

—¿Qué expectativas les abre un nuevo gobierno, nuevas reglas de juego, nuevo escenario?

—Hasta ahora la expectativa es alta. El nivel de diálogo que hemos tenido es muy bueno, franco y abierto. Ellos -el nuevo gobierno- tienen una vocación de trabajar en empleo y en exportaciones.

En la zona de Santa Fe el complejo sojero tiene 22.500 familias directamente vinculadas; y 55.000 mil familias indirectamente. Esto tracciona de manera muy fuerte y tiene un impacto fenomenal.

Empleo es una variable en la que tenemos un vínculo muy positivo con el nuevo gobierno.

Y en materia de exportaciones, ellos han hecho hincapié en una visión -que es nuestra también, pero ellos comparten- que es clave: Argentina va a tener un acceso extremadamente complicado a cualquier forma de financiamiento en los próximos dos años. Hay negociaciones difíciles con el Fondo Monetario y con acreedores privados. Va a costar mucho volver a tener acceso a ese tipo de créditos. La única manera que nuestro país tiene de paliar esa carencia de dólares es mediante la exportación. Tenemos hoy una capacidad ociosa del orden del 45%. Esto significa darle a la Argentina -si las cosechas fueran buenas y pudiéramos procesarlas- 8.000 millones de dólares más por año. En un año. Y es el único sector con esa capacidad. Por eso es importante establecer una alianza con el gobierno entrante para poder articular una política agresiva de exportación.

—Bueno.... pero China quiere comprar sólo el poroto, no el agregado de valor de la molienda... Quiere commodities, no harina ni aceite de soja.

—China quiere el poroto solo, sí. Nos costó mucho en el gobierno de Macri negociar exportar aceite y harina de soja. Cuando visitó en esta provincia la planta de Renova, que es la más grande del mundo, convencimos al entonces presidente y él personalmente hizo gestiones con (el primer ministro chino) Xi Jinping, exitosa, que demandó sólo seis meses, un tiempo récord para abrir un nuevo mercado. Ahora estamos en la parte administrativa para ver si en la nueva cosecha podemos ya exportar harina de soja. Y estamos en negociaciones también para que nos den licencias para exportar aceite.

A China le cuesta mucho comprar productos procesados porque ellos tienen y expresan un muy claro objetivo de autoabastecimiento y generación de empleo en territorio chino.

Pero hay una oportunidad histórica y hay que tenerlo muy en cuenta. Como Estados Unidos presiona, China busca nuevos proveedores y tenemos una gran oportunidad, también, de ingresar con productos procesados.

—Es decir, claramente quieren comprar commodities, y eventualmente con valor agregado, pero en ese caso apuntan al know how también.

—Sí. Pero no es tan lineal. Hace pocos días hicimos un encuentro formal con muchas de las personas que ahora asumieron como autoridades, para conversar la estrategia de relacionamiento con China.

Nuestra propuesta es establecer un gran acuerdo bilateral de comercio y de inversión administrada. Nuestro país debe decidir en qué sectores estratégicos, no sólo en base a las necesidades chinas, sino también a las propias. China es bastante proclive a hacer este tipo de acuerdo. Lo ha hecho con Australia, Nueva Zelanda, Turquía.

Ellos invierten en sectores que les interesan para cubrir sus necesidades alimentarias pero también con determinadas condiciones. Hasta ahora, hemos tenido un tsunami de delegaciones chinas con intenciones firmes de compra. En la industria frigorífica, en la industria aviar, en carne de cerdo y por supuesto en soja, pero sin una planificación. Proponemos planificar, tanto a nivel nacional como provincial. Santa Fe es un cluster productivo exportador por naturaleza. Es fundamental que Santa Fe tenga también una política de relacionamiento con China planificada, estratégica y que apunte a los sectores que le interesa desarrollar.

—¿Y qué grado de conciencia, comprensión, compromiso, advierten desde el sector en las nuevas autoridades, tanto nacionales como provinciales?

—A nivel de gobierno nacional vemos alta receptividad. Sinceramente advertimos una comprensión y una identificación con este tipo de objetivos. Creo que hay que acompañarlos porque claramente hay curvas siempre en los gobiernos y hay muchas urgencias que atender en la Argentina.

A nivel provincial, tenemos altísima confianza en el gobernador porque de verdad tiene un nivel de interés en los temas internacionales que llama la atención. En las conversaciones que hemos mantenido con él, incluso antes de lanzarse en campaña, se ha interesado mucho en temas específicos como acceso a mercados, negociaciones, promoción, inserción internacional. Lo ha hecho ya en el Senado de la Nación. Con lo cual nos parece que vamos a tener un nivel de entendimiento muy rápido. Pero eso debe estar acompañadamente rápidamente con una planificación de acciones, porque a los recursos humanos y económicos hay que usarlos de manera correcta. No hay que verse tentado por propuestas que luego no tienen contenido o continuidad. Hay que estructurar bien.

El gabinete del nuevo gobernador seguramente va a estar abocado a trabajar con estos temas. Y nosotros desde luego tenemos varias propuestas para trabajar con ellos.

El “componente argentino”

—Cómo juega, en este contexto complejo, el -por llamarlo así- “componente argentino”: inflación, retenciones y casi imposible acceso al financiamiento desde las malas; pero obras en la zona portuaria, reactivación del ferrocarril para cargas, desde las buenas...

—Nosotros creemos que hay dos grandes líneas de trabajo que tuvo el gobierno anterior y que entendemos deben seguir. La primera es el plan nacional de obras de inversión en materia productiva. Para nosotros fue muy importante. Se lograron unos cuantos hitos. El tema del Belgrano Cargas y su extensión a Timbúes; las mejoras en los accesos, las planificaciones en las cosechas, el sistema Stop, la eliminación de la corrupción en las inspecciones de bodegas de los barcos. Argentina estaba en una lista negra durante décadas. Y este año recibió el premio de transparencia en ese tema. Nosotros queremos continuar estas cuestiones, que nos parecen positivas.

No sabemos cómo va a reaccionar este nuevo gobierno con estos temas, pero vamos a ser muy contundentes en plantear que ese es el camino y que estamos dispuestos a acompañar esas inversiones.

Además para 2021 se viene la inversión más importante de América Latina que es el contrato de la Hidrovía. Y venimos trabajando fuertemente a nivel privado, en análisis, prefactibilidad con expertos santafesinos y todo lo necesario para proponerle a este gobierno una hoja de ruta sin tardanzas, para llegar en 2021 a un nuevo prestador con determinadas condiciones (calados, radas, etc). Y en consecuencia tenemos que llegar a concretar todo eso en doce meses, de manera muy ajustada para que sea la licitación internacional más transparente de América Latina, porque además va a ser la más importante...

Lo segundo, que para nosotros también es clave, es la simplificación y desburocratización. A esto lo hizo muy bien Macri en términos conceptuales, con la intención de llevar la digitalización a la administración pública.

Queremos que este proceso continúe y que Santa Fe también se sume. Nos parece muy importante. y acá viene un tema que queremos hablar mucho con el gobernador de Santa Fe, que es tratar de tener una visión común, acordada y armonizada de los impuestos municipales. Las comunas de Santa Fe han concebido erróneamente que la facturación es igual a la rentabilidad. Y han cobrado por criterios de rentabilidad, sin brindar un solo servicio. Hoy para acceder a la planta y molino más grande del mundo hay que hacerlo por caminos de tierra. Que además están en mal estado. Y que hemos pagado varias veces para que estén asfaltados. Necesitamos estructurar esto no sólo a nivel de comunas -porque entendemos las necesidades que tienen- sino que queremos compartir una visión provincial, más integral, mucho más productiva y comercial.

Néstor Fenoglio -CAMPO LITORAL

CIARA Santa Fe

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