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¿Se puede crecer?

La producción entrerriana de leche sigue estancada

La producción entrerriana de leche sigue estancada
La producción entrerriana de leche sigue estancada
11/07/2020 18:57 hs

Un trabajo del INTA indica que el promedio entre 2008 y 2019 se ubicó en 337,8 millones de litros. Existe un proceso de concentración y aumento de escala en los tambos.

La lechería argentina, en general, y la entrerriana, en particular, atraviesan desde hace muchos años una crisis profunda, estructural, básicamente por las constantes dificultades económicas que ha vivido el país y que han golpeado fuertemente al sector.

Los efectos negativos de esta crisis han sido numerosos pero lo más terrible, acaso, haya sido la salida del negocio de muchos tamberos medianos y, sobre todo, pequeños, lo que provoca grandes consecuencias económicas, sociales y culturales y así lo refleja la nota de Danilo Lima en DOS FLORINES.

La lechería, por otro lado, transita un peligroso camino hacia una mayor concentración: cada vez menos establecimientos producen más leche, mientras otros ingresan en un proceso de endeudamiento, descapitalización y cierre.

Esta situación impacta en forma negativa sobre el desarrollo local, dado que los tambos de menor escala están basados en el trabajo de su propia familia y hacen al desarrollo directo de la zona en la cual están insertos, entregando su producción a pequeñas y medianas usinas lácteas queseras, que son también las más afectadas dentro del eslabón industrial, tanto por el destino –básicamente al mercado interno de sus productos– como por su menor capacidad financiera para sobrellevar las dificultades económicas.

En la industria, está claro, el panorama no es diferente y la concentración también castiga a las usinas medianas y pequeñas

Las soluciones para salir de esta encrucijada, más allá de los gobiernos de turno, no aparecen y esta realidad, lamentablemente, puede profundizarse. Mejorar la eficiencia, ante este contexto, es un imperativo.

Estudio.

Mientras, un trabajo elaborado por Alejandra Cuatrín y Patricia Engler, integrantes del Grupo de Socio-Economía y Evaluación de Impacto de la Estación Experimental Agropecuaria Paraná del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), confirma que la producción de leche en Entre Ríos se mantiene prácticamente estancada, en torno a los 350 millones de litros (el promedio da exactamente 337,8 millones), con mucha variabilidad interanual. Lo que sucede en la provincia se da también a nivel nacional.

Este estancamiento productivo demuestra “lo sensible que es la producción a eventos climáticos adversos” y a las “señales de mercado (contracciones o expansiones de la demanda interna) con una oferta que no puede ajustarse inmediatamente dada la rigidez de la producción en el corto plazo, generando déficit o excedentes de leche de difícil colocación en el mercado internacional”, le dijo Cuatrín a DOS FLORINES.

El trabajo analiza el período comprendido entre enero de 2008 y diciembre de 2019, y permite conocer detalles de la producción lechera entrerriana.

Así, por ejemplo, señala que “los datos indicarían que la actividad ha modificado la distribución provincial, concentrándose en lo que se conoce como la cuenca oeste de Entre Ríos, en los departamentos Paraná, Nogoyá, Diamante y Tala”.

Asimismo, indicó Cuatrín, “hay evidencias sobre la existencia de un proceso de concentración y aumento de escala en las unidades de producción, dos fenómenos económicos que también se observan en el sector lácteo primario a nivel nacional y que dan cuenta del dinamismo de este segmento productivo”.

Estas modificaciones observadas en el sector lácteo primario entrerriano, agregó la profesional, hacen “necesario considerar cambios en las estrategias de intervención e investigación para poder dar respuestas a las problemáticas derivadas de estos cambios, que se presenten en los sistemas productivos”.

Datos concretos.

En el trabajo dado a conocer por el INTA se destacan los siguientes datos concretos:

* La producción de leche a nivel provincial en el período comprendido entre enero de 2008 y diciembre de 2019 fue de 337,8 millones litros de leche promedio, lo que representó un aporte del 3,2% a la producción nacional, aunque con variaciones interanuales que denotan la variabilidad de la producción.

* A partir de 2011 comenzó una caída en la producción que se vio agudizada en 2015, 2016 y 2017 donde el volumen de leche provincial significó menos del 3% nacional.

* Los tambos de la cuenca lechera entrerriana se vieron afectados en diferente grado por las altas temperaturas y las bajas y dispersas precipitaciones registradas durante diciembre de 2011 y, especialmente, enero de 2012, lo que trajo aparejado para 2012 la imposibilidad de crecimiento en los niveles productivos por la falta de recurso forrajero, principal fuente de alimento para la cuenca. Esta situación se mantuvo los siguientes dos años, lo que acentuó a nivel provincial el descenso de la producción.

* Desde 2008 la variabilidad de la producción de leche provincial, ha sido mayor a la variabilidad en la producción de leche nacional. En Entre Ríos, los descensos fueron más marcados (2013-2016), como así también los ascensos (2018), llegando a 2019 con una producción levemente inferior a 2008 (334 millones de litros).

* La evolución de la producción en Entre Ríos puede estar asociada a las condiciones climáticas imperantes en la zona en el período bajo estudio, al sistema productivo base pastoril característico de la provincia, como así también al principal destino final de la producción que es la elaboración de quesos.

* Las lluvias durante el otoño, en los sistemas pastoriles, condiciona la implantación y el mantenimiento de las pasturas base alfalfa, tanto los excesos como los déficits pueden provocar las pérdidas de las mismas.

* Si se evalúan los datos obtenidos a partir de la estación meteorológica ubicada en el departamento Paraná (donde se encuentra el 38% de las explotaciones lecheras) se observa que en 2010 y 2016 ocurrieron excesos de lluvia (más de 260 mm respecto del promedio de la época) que pudieron afectar la disponibilidad de alimento y explicar en parte la disminución de la producción.

La crisis de 2015.

La crisis del sector lácteo de 2015 fue generalizada y afectó especialmente al productor lechero. “La concurrencia de variables externas e internas del sector, determinó un desequilibrio en la cadena láctea. Dentro de los aspectos más importantes que operaron se destacaron: la caída sostenida de los precios internacionales de los productos lácteos, disminución significativa en los volúmenes exportados por Argentina, devaluación cambiaria interna, eliminación interna de los derechos de exportación en maíz y reducción en los de soja, aumentos del precio de los combustibles y de la energía eléctrica”, selle en el informe del INTA.

Las principales perjudicadas por este contexto fueron las empresas tamberas que constituyen el eslabón primario y, dentro de éste, la situación impactó mucho más sobre los sistemas de baja escala y/o menor eficiencia, que son los predominantes dentro de los establecimientos de Entre Ríos.

¿Hay más o menos tambos?

En relación a las unidades productivas (UP), Entre Ríos “incrementó el aporte en relación al total nacional, de un 6 a un 8% en los últimos 12 años, siendo el incremento más importante en el período 2014 a 2018 en relación a 2008”, señala el trabajo. Este incremento se explica, por un lado, “por la incorporación de unidades productivas al sistema formal”, y, por el otro, a nivel nacional, “la tasa de reducción de tambos fue superior a la provincial en el período analizado”, precisó Cuatrín.

El incremento en el número de unidades productivas se dio en forma marcada entre 2015 y 2018 (923 UP), volviendo en 2019 a los valores de 2015 (800 UP). Sin embargo, este cambio en la cantidad de UP a nivel provincial fue variable según el departamento. El incremento de las unidades productivas se dio principalmente en los departamentos Nogoyá (126 a 257 UP), Tala (13 a 60 UP) y Diamante (72 a 102 UP), con una reducción marcada en el departamento Gualeguaychú (83 a 32 UP). El departamento Paraná sigue conservando con el paso de los años la misma contribución sobre el total de unidades productivas de la provincia, pero con un incremento respecto de años anteriores de 252 a 333 UP, acompañando el incremento general de la provincia.

En 2019 los departamentos Paraná, Nogoyá y Diamante representaron el 78% aproximadamente de las UP, un 10% más que en 2008, a partir del aumento de UP registradas en el departamento Nogoyá. En relación a la producción de leche al inicio del período en estudio, estos tres departamentos aportaban el 49% de la producción de leche de la provincia.

Por otra parte, se puede observar que, en 2014, no se registraron UP en los departamentos Islas, Federal y Feliciano; mientras que, en Concordia, en 2019, no se registraron UP.

El número de vacas.

El aumento del número de establecimientos tuvo aparejado también un aumento en el número de animales registrados en estos establecimientos. El aumento del número de cabezas fue superior al de UP, llegando a un 5,1% de incremento promedio anual de 2008 al final del período evaluado.

Según los datos del Senasa, en el período analizado, a partir del año 2015 se dio un incremento en el número de vacas en los departamentos de Paraná y Nogoyá. Asimismo, este número logrado en 2015 se mantiene estable en años posteriores. Un comportamiento similar tuvo el número de vaquillonas, con la diferencia que una vez dado el pico, la cantidad de vaquillonas comenzó a disminuir.

El departamento con comportamiento más errático en el número de vacas y vaquillonas fue Gualeguaychú, que varió entre 5.000 y 10.000 vacas según el año y de 2.500 a 5.000 en las vaquillonas.

Los departamentos Paraná, Nogoyá, Diamante y Tala, a escalas diferentes, mostraron igual patrón en la evolución del número de vacas y de vaquillonas durante el período analizado. Por otra parte, al relacionarlas con el número de UP, se observaron diferencias entre estos departamentos.

Si bien, en el departamento Tala se incrementó el número de UP, se produjo una reducción del número de vacas por tambo a casi la mitad de la que se tenía en 2012, esto se explica porque el incremento en el número de UP fue tres veces mayor que el incremento registrado en el número de vacas. En Diamante aumentó en menor medida el número de UP, pero se intensificaron los sistemas con un incremento en casi un 75% del número de vacas por tambo. Paraná se mantuvo estable en el tiempo, mientras que Nogoyá tuvo un pico en 2014 para luego descender.

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