Según lo informó la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina, el patentamiento de maquinaria agrícola alcanzó en marzo pasado las 599 unidades, con un crecimiento interanual del 4,5%, destacándose el incremento de 100% en el caso de las cosechadoras respecto de los niveles de febrero último.
Por otra parte, la producción de maquinaría agrícola fue la más alta desde 1996, con más de 10.000 unidades. Esto fue posible también gracias al financiamiento a tasas accesibles, la mejor rentabilidad del agro y la sustitución de importaciones.
Cuando se realiza una comparación con los datos de febrero,se observa que la mejora fue del 16,8% en el total de cosechadoras, tractores y pulverizadores.
La cantidad de cosechadoras patentadas ascendió a 96, con un alza del 100% en comparación con las 48 de febrero y del 37,1% en relación con marzo de 2021, cuando se habían registrado 70 unidades. El mercado de cosechadoras está liderado por John Deere, con el 445 del total, seguido por Case (25%) y New Holland (19%).
En cuanto a tractores, en marzo se patentaron 455 unidades, una suba del 10,4% comparado contra las 412 unidades de febrero, y un alza del 2% si la comparación es interanual, ya que en marzo de 2021 se habían registrado 446 unidades. John Deere también encabeza el mercado de tractores, con el 32%, seguido por Pauny con el 20% y New Holland y Case, ambas con el 15%.
En lo que respecta a pulverizadores, el mes pasado se patentaron 48 unidades, una baja del 9,4% comparado contra las 53 unidades de febrero, y también una caída del 15,8% si la comparación es interanual, ya que en marzo de 2021 se habían registrado 57 unidades.
Sin embargo, el escenario está lejos de ser auspicioso. La tonelada de acero aumentó casi 90% en lo que va de 2022 y acumula un incremento de 165% en los últimos 15 meses. Además, hay escasez de componentes.
Las señales de alarma están sonando con estridencia en el tablero mundial de los fabricantes de máquinas agrícolas.
Recientemente, fue FederUnacoma, entidad que agrupa a los fabricantes italianos, la vocera de los problemas que emergen en el horizonte del sector.
Ahora se sumaron los industriales de Francia con un informe que traza un panorama preocupante para 2022, después de un 2021 que cerró con récord de ventas en Europa.
Se esperaba una normalización del contexto tras la pandemia, pero la guerra en Europa del Este frustró esa posibilidad.
El presente está signado por el aumento de los precios del acero, la escasez de componentes, en particular hidráulica y electrónica, y grandes dificultades de suministro.
Las turbulencias, por su naturaleza, amenazan a todo el mundo y la onda expansiva está en condiciones de arribar al mercado argentino.
Problemas
El cuadro que afronta el mundo de las máquinas agrícolas exhibe estos componentes:
Acero. En lo que va de 2022, la tonelada aumentó 89,47% al pasar de U$S 1.045 en enero a los U$S 1.980 de los últimos días (e incluso sobrepasando los U$S 2.000). Desde enero de 2021, la tonelada de acero incrementó su precio 165% (cotizaba a U$S 748).
Agropartes. Los proveedores de los fabricantes también dependen de cadenas de suministro muy interrumpidas y ya no pueden garantizar precios y plazos. Además, aplican aumentos de precios sin previo aviso a sus clientes, que se ven obligados a trasladar los incrementos al valor de las máquinas.
Inflación. Al aumentar los precios de la energía y el acero, se potencia el proceso de encarecimiento de los equipos agrícolas. En 2021, subieron entre un 10% y 15% (de acuerdo con los rubros), niveles considerados muy altos para el mundo. Ahora se aplican nuevos aumentos que pueden provocar un efecto recesivo al contraer la compra por parte de productores y contratistas.
Rentabilidad. El flujo de caja de los fabricantes se está viendo perjudicado, ya que muchos de ellos no han logrado trasladar a sus precios los aumentos de costos en 2021. Ahora se encuentran en una situación crítica y deben adelantar fondos para asegurar sus suministros. Esta tensión de liquidez se suma al achicamiento de los márgenes de ganancias.
Logística. Las dificultades de suministro de partes e insumos se han agudizado y los calendarios de producción se enfrentan ahora a la imprevisibilidad de las entregas, que se retrasan o incluso cancelan. Como resultado de esta desorganización, los plazos de entrega de maquinaria agrícola se han alargado una media de 11 semanas en comparación con una situación normal. Actualmente son 19 semanas de promedio y ??llegan hasta las 30 semanas para los tractores. En algunos sitios de producción, cientos o incluso miles de máquinas se almacenan en espera de piezas para el ensamblaje final.
Descalabro. La guerra entre Ucrania y Rusia provoca la caída de dos mercados florecientes para las máquinas agrícolas. Es una realidad que afecta a los industriales europeos y también a empresas sudamericanas que venían exportando cabezales maiceros y girasoleros, y también sembradoras. Fuente: MaquiNac
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