En el marco del 1er Simposio nacional sobre colza y otras brasicáceas, Campo en Acción dialogó con diversos referentes de estos cultivos alternativos.
Martín Beaudeant, jefe de producción de la empresa Chacraservicios, se mostró muy contento de poder formar parte del simposio, ya que desde la firma arrancaron con el cultivo de camelina hace sólo cinco años. “Las brasicáceas vuelven a tomar impulso ya que hay muchas empresas detrás del mejoramiento genético y de la parte comercial de los cultivos. Ver este salón lleno también implica que la gente empieza a tomar en cuenta a estos cultivos para la rotación, así que es más que auspicioso lo que se está armando”, sostuvo el ingeniero.
Consultada acerca del programa de mejoramiento de colza del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Lucrecia Gieco informó que este fue desarrollado principalmente en el INTA Paraná, pero que también algunas otras unidades como Pergamino o Barrow aportan mediante la evaluación de germoplasma, “ya que nuestro principal logro es desarrollar cultivares y variedades que tengan difusión o posible difusión en toda la región de cultivo para nuestro país y los países limítrofes, que tienen condiciones agroambientales parecidas a las nuestras para el cultivo, u otros que lo requieran”.
La investigadora expresó también que, entre los principales logros del mencionado programa, destaca el haber desarrollado un germoplasma que posee buen rendimiento tanto en kilos de grano por hectárea como de kilos de aceite por hectárea, “y también considerando la calidad, el contenido de materia grasa de esta oleaginosa, el cual es un objetivo central en nuestro programa de mejoramiento. Esto nos habilita a poder pensar en un germoplasma que logra buen rendimiento, pero que lo hace por tener un comportamiento sanitario adecuado frente a los principales patógenos, al menos en nuestra zona de cultivo”. Añadió a su vez que mediante ensayos se busca lograr otras características de arquitectura de planta como lo son el porte y la altura, que aportan a que se pueda implantar la variedad y logre un buen rendimiento.
Liliana Iriarte, una de las voces más escuchadas a la hora de hablar de colza en Argentina, explicó que los principales consumidores de colza en el mundo son Estados Unidos; los 27 países de la Unión Europea, quienes consumen aceite de colza ya sea para consumo humano o para la producción de biocombustibles -principalmente biodiesel-; y después India y China.
La especialista afirmó que “la colza es uno de los primeros cultivos aprovechados por el hombre en el mundo, en nuestro país se conoce desde la década del ‘40, cuando figuraba su cotización como aceite de nabo en los registros de producción de semilla. Luego se discontinuó esa producción, retomándose en la década del ‘60 cuando hubo un incremento muy grande de la colza a nivel mundial liderado por Canadá, quienes comenzaron con trabajos de manejo genético incorporando colza de tipo argentino junto con colza polaca, para poder mejorar la calidad de su semilla”. “A partir de ahí, el cultivo de colza fue aumentado o decreciendo según el mercado. El INTA comenzó a trabajar en colza durante la década del 70, en conjunto con universidades y asociaciones de productores, realizando ensayos de evaluación de cultivares y de manejo en una amplia zona productiva, prácticamente en todo el país”, sintetizó Iriarte.
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