Complicada. Así, con una palabra es posible describir la coyuntura de la industria ligada a la producción de biocombustibles en la Argentina. Los aumentos de precios regulados por el gobierno no alcanzaron para cubrir costos y las plantas chicas quedaron el año pasado literalmente paradas. Las medianas, en tanto, trabajaron con cuentagotas. El gobierno avaló un 10% de suba cuando el sector demanda un ajuste del 40% para operar. Hay que saber que la actividad está integrada por 26 compañías, todas del segmento Pyme.

Matías Bolzán es uno de esos empresarios entrerrianos enredados en el conflicto. La firma cuenta con dos plantas, una en María Luisa fundada en 2006 y otra en Nogoyá que data de 2012. Su principal anhelo es que la media sanción a la prórroga, hasta 2024, de la ley de promoción del sector logre la sanción definitiva esta semana en la Cámara Baja. “Sin esta ley no podríamos producir. Permite trabajar a distintas escalas” definió a Campo en Acción.

El joven emprendedor describió la coyuntura que padecen en un puñado de oraciones: “Con casi todos los gobiernos tuvimos complicaciones por incumplimientos de la norma. Los cambios de las reglas siempre complican. En diciembre de 2018 tuvimos los primeros problemas de precios publicados y no se podía trabajar. Las Pymes chicas ni produjeron y las medianas trabajamos muy poco. Se complicó bastante, ahora se llegó a un acuerdo, hay precios fijos hasta mayo y recomenzamos con todo lo que eso significa en materia de contratos, créditos y personal. Esperamos poder trabajar hasta mayo y luego poder seguir”.

El parate frenó la exportación que en el caso de Bolzán implicó el cese de envíos a mercados exigentes como Estados Unidos, Canadá, México y China. Contó que competidores de Brasil y Colombia ocuparon el lugar dejado vacante y que ahora demandan la sanción de la norma para ir por la reconquista de mercados.

Por caso contó que su empresa, asociada con otras cuatro, invirtió en una planta de refinado de glicerina; que se puso en marcha en 2018. “El producto se exporta completo y por el parate perdimos clientes” aseguró

Como para poner en contexto social la situación, el empresario aportó que su compañía, Bio Nogoyá, tiene a 40 familias ligadas a la planta: “Es todo personal calificado que cuesta formarlos. Se trata de gente que se queda en el pueblo. De manera indirecta hay unas 300 familias involucradas. Los Legisladores tienen que entender la importancia del sector”.