En Entre Ríos se concretó apenas el 33 % de la implantación de maíz de primera. Hasta el momento, el área ocupada se encuentra cercana a la del año anterior, que fue de 378.900 hectáreas, cuando la proyección supera las 500.000.

La razón, muy simple: la escasez de humedad en el suelo, especialmente en las zonas norte y oeste del territorio, donde las lluvias en las últimas semanas fueron pocas. En consecuencia, una vez más el evento climático está obstaculizado el progreso de la siembra.

Desde la Bolsa de Cereales dan cuenta del escenario y precisan en la región de la costa del Paraná, la emergencia del cereal es lenta y despareja, con el agravante que, en algunos casos, siembras realizadas hace 15 días todavía no han emergido.

Ponderan también que la elección de la fecha óptima de siembra es crucial. En el caso del maíz, esta ventana abarca desde mediados de agosto hasta septiembre. Por lo tanto, de acuerdo con el plan original, es posible que una parte del área planificada se destine a la siembra de soja de primera o bien a maíz de segunda y tardío.

En contraste, las zonas del sur y este presentan excesos de humedad en el suelo, lo que ha llevado a la interrupción de las labores agrícolas. En estas áreas, la implantación de los cultivos se considera en la mayoría de los casos como buena.