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INTA

Relacionan los datos climáticos objetivos a la percepción social

11/05/2021 17:18 hs

En el marco del proyecto “Resilientes” financiado por Euroclima, el INTA conformó un grupo de trabajo cuyo objetivo es pensar la adaptación al cambio climático desde una perspectiva integral para que las familias productoras cuenten con herramientas y poder así disminuir su vulnerabilidad.

La periodista canadiense, Naomi Klein, dice que negó el cambio climático, mucho más tiempo del que le gustaría admitir. O miró para otro lado, que es un atenuante de la negación. Lo confiesa en un libro que publicó Editorial Paidós en 2015 y se llama “Esto lo cambia todo”. Ahí explica que aún, cuando la gente no niega el cambio climático, cuando lo mira de verdad, luego es como si inevitablemente se olvidara de él.

El cambio climático es una de las tantas variables de vulnerabilidad donde la tenencia de la tierra condiciona la producción y el hábitat. En el marco del Proyecto Resilientes 50 familias productoras pusieron en común las percepciones que tienen sobre el clima.

Lo que analizaron en primer lugar es el resultado obtenido en el sitio de intervención donde se llevaron a cabo tres talleres de percepción.

En los talleres se trabajó sobre los impactos principales y secundarios, sobre la capacidad de respuesta y sobre las medidas de adaptación.

De acuerdo con la investigadora, “las familias realizaron comentarios sobre los cambios y las adversidades climáticas percibidos, que en general se asociaron a abundantes lluvias, temperaturas más cálidas y ocurrencia de heladas menos intensas, incluso hicieron referencia a los daños causados por los eventos de granizo y fuertes vientos”. Esas percepciones se cruzaron con la información meteorológica, que fue abordada desde dos ejes: los datos históricos (1967-2019) y los datos proyectados para el futuro cercano (2015-2039)”.

“En cuanto a los datos meteorológicos históricos, la estación meteorológica utilizada para el análisis fue el observatorio meteorológico de La Plata, que pertenece al Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para el periodo 1967-2019”, comentó por su parte Herrera.

Para caracterizar y analizar el comportamiento de los eventos extremos se utilizaron los índices climáticos formulados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y el Equipo de expertos sobre Detección e Índices del Cambio Climático (ETCCDI).

“Estos índices son utilizados a nivel internacional dentro de esta temática de estudio. Así, los datos fueron analizados con el software de acceso libre R y los índices se obtuvieron a partir del paquete RClimdex. Se trabajó con una serie de índices de extremos climáticos, por considerarse pertinentes y representativos de las percepciones presentadas por las familias productoras”, dijeron las especialistas.

El estudio arrojó que la mayoría de las percepciones sociales se correspondieron con el signo del índice climático seleccionado. Por ejemplo, la percepción de un aumento de las temperaturas máximas en verano y una correspondencia con la disminución e intensidad de heladas dentro de todo el periodo de análisis.

En el caso de las precipitaciones, se observó que “las familias informaron que experimentaron un aumento de los eventos y los índices relacionados a esta variable meteorológica reflejan esta característica (precipitación anual, intensidad de precipitación y días con lluvia mayor a 25 mm, una tendencia positiva durante el período 1967-2019”, subrayó Herrera.

Si se observa la tendencia estimada, según las proyecciones para el periodo 2015-2039 se tenderá a una disminución en las heladas, con lo cual toda medida de adaptación tomada en este contexto podría ser pertinente para continuar desarrollándose a futuro.

De igual manera con los índices relacionados con las precipitaciones, las proyecciones para el periodo 2015-2039 indican una mayor probabilidad de que las mismas tiendan a un aumento, y lo indicado por las familias según sus experiencias vividas es que observan eventos más intensos y de corta duración.

Las medidas de adaptación acordadas con los productores tienen tres metas: que las familias cuenten con un análisis participativo de su estado de vulnerabilidad frente a los distintos eventos climáticos; que co-diseñen e implementen innovaciones tecnológicas y organizacionales para el manejo de la diversidad, del agua y del balance de carbono; y que una vez implementadas las innovaciones tecnológicas de organización y adaptación, implementen un sistema para su monitoreo y evaluación.

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