Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido Actualidad
Lechería

Relatos de pasión, esfuerzo y lucha, a 32 años de la creación del Tambo Asociativo de Reffino

Javier y Verónica con su hija menor, Tiziana, en la sala de ordeñe del tambo.
Javier y Verónica con su hija menor, Tiziana, en la sala de ordeñe del tambo. Foto 1/2
Tamberos, asesores y periodistas, juntos en el campo de Colonia Reffino. Foto 2/2
16/01/2023 07:09 hs

Entre el Tambo Asociativo de Colonia Reffino y Campo en Acción hay una relación particular; diferente a la de miles de historias periodísticas narradas en los 30 años del programa de televisión, que inició en 1993. Sucede que las primeras entrevistas del ciclo se realizaron en ese terruño ubicado muy cerca de Aldea María Luisa, en Paraná Campaña y desde entonces los regresos son incontables.

El modelo asociativo del lugar nunca dejó de generar noticias para sostener a la tarea solidaria como un capital entre pequeños productores. Hubo buenas, malas, y peores también; pero siempre bajo el paraguas de que trabajar unidos es mejor que en soledad.

En otras palabras: pasaron cosas desde aquel original Grupo de Intercambio Solidario Entre Ríos (Giser) que en 1990 integraron los hermanos Hugo, Gerardo y Roberto Müller con sus familias; junto a los primos Aurelio y Sergio Neuberguer. Una de las herederas, Verónica Müller, contó su visión de la situación al decir que “fue clave el impulso de Julio Butus, yo era una niña en aquel tiempo, pero recuerdo que era mucho más que el asesor profesional del Giser. El hizo que nuestras familias crean”.

Hoy en día, ella lleva adelante el tambo con su marido, Javier Erhardt, quién se sumó al emprendimiento en 1998. El productor contó: “Mi historia en el Tambo Asociativo empezó cuando me casé con Verónica. Cumplía tareas en el manejo de los animales y fui aprendiendo hasta que hoy en día al trabajo lo hacemos de manera integral con la ayuda de nuestras hijas”.

La pareja coindice al señalar que su permanencia en el sector está directamente relacionada al modelo solidario. De 1990 a esta parte las modificaciones abundan; hay socios fallecidos, otros vendieron; y Julio Butus que se integró como un productor asociado. “El tambo sigue muy parecido a cuando me sumé yo” definió Javier y especificó que “mejoramos en instalaciones; hacemos nosotros la recría y todos los animales en ordeñe son nacidos acá; pero el manejo humilde e inteligente es el mismo. No me puedo quejar, es un trabajo sacrificado que uno hace con amor y siempre nos dimos algún gustito”.

Para el registro hay que informar que el tambo es de base pastoril con silo puente y funciona con un plantel de 68 animales, 53 vacas en ordeñe que, en promedio generan 24 litros de leche en plena sequía. “No nos podemos quejar” remató el tambero.

Al abordar lo hecho Verónica repasó que “todos pudimos seguir trabajando en el tambo, incluso los socios que se fueron que también están en el sector. Lo duro acá es que uno no tiene reemplazo. No quiero hablar del futuro, vivo mucho el presente, pero estoy muy conforme”.

Butus aceleró y fue a fondo al determinar que el Tambo Asociativo expresa a los pequeños productores y a 32 años vista, se destaca que el modelo responde. Indicó que “en 1990 salimos a buscar eficiencia en un contexto económico complicado. Eran un conjunto de tambitos muy chicos, con 30 hectáreas y menos, pero empezamos a trabajar juntos porque solos no podían comprar ni las pezoneras. Fusionados salieron adelante y los resultados son buenos”.

Todos pudieron seguir viviendo en el campo y el asesor devenido en asociado aportó que “la consigna era trabajar solidariamente y con valores morales altos; la tecnología se podía conseguir, la escala también, pero todo era inviable sin honestidad, compromiso y perseverancia. Ni caminos viables para sacar la leche había cuando arrancamos. A este proyecto le pongo mucho más que profesionalismo, para mi es una pasión”.

Acerca de la opción de popularizar una vez más las formas asociativas en el segmento más vulnerable del agro, ponderó que “implementar estas políticas dependen de las decisiones gubernamentales, porque sin apoyo oficial difícilmente se pueda lograr. Los Giser marcharon porque en el primer año el Estado provincial pagaba los honorarios profesionales y luego abonaba un porcentaje decreciente hasta que al cuarto año se destetaba el grupo del gobierno”.

Subrayó que la tarea es abordar la tecnología de procesos, dejando en un segundo plano la de insumos. “Probamos que es posible avanzar con la impronta de tener objetivos claros para sumar rentabilidad y calidad de vida”.

La otra pata sobre la que se sostiene el emprendimiento de Colonia Reffino la representa Walter Mancuso, experimentado extensionista del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. A él también se acude desde Campo en Acción, toda vez que se necesita una voz autorizada para hablar de integración.

“Este modelo productivo es el que uno siempre apoyó para mejorar la vida de los productores” señaló y siguió: “Es simple, de bajo costo y alto margen; son tambos de hasta 3.000 litros diarios. La estrategia de base pastoril, que ahora está brava por la sequía, da resultados. Acá las vacas siguen en las pasturas con la tecnología de procesos”.

Separó las cosas al deslizar que “el modelo empresarial es otra cosa, es una producción más intensiva, tabulando a los animales. Cuando uno ingresa a ese modelo el pequeño tambero se convierte en empresario y en un país como argentina con tantos altibajos, es complicado. Hay casos muy exitosos, incluso asociativos con altos niveles de producción, pero demandan más inversión que acá no hay”.

En su experiencia, la lechería en campos chicos es viable pero con acciones signadas por la cautela. “Recomiendo conocer el tema y asesorarse. Y eso depende del productor y el profesional” dijo antes de hablar del porvenir: “La perspectiva es que van a subsistir, depende mucho de la idiosincrasia y de las decisiones que tome quién está a la cabeza. Este modelo se lleva muy bien con el llamado modelo agroecológico”.

Consignó que se trata de trabajar simple y con muy bajo uso de insumos. “Los que producen leche agro ecológica ya empiezan a ser reconocidos por la industria” aseguró.

Lechería

Envía tu comentario

Teclas de acceso