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Ricardo Garzia asumió la conducción de Fecofe

El profesional de Mansilla confía en el crecimiento de la flamante organización.
El profesional de Mansilla confía en el crecimiento de la flamante organización.
07/06/2023 07:20 hs

Un entrerriano es el nuevo secretario de la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe). Se trata de Ricardo Garzia, pequeño productor ganadero, fundador y actual consejero de la Cooperativa Agropecuaria Federada Gobernador Mansilla. Es ingeniero agrónomo con un posgrado en Ecología Integral de la Red Universitaria por el Cuidado de la Casa Común, exdirector del consejo directivo central de Federación Agraria Argentina y presidente, durante dos períodos, del consejo regional del INTA Entre Ríos.

Inició su relación con Fecofe en 2013 como integrante de la Comisión de Semillas de la FAA, donde luego de entrar en contacto con varios miembros de la Federación, advirtió importantes coincidencias en cuanto a la visión de un modelo de desarrollo agrario nacional. En 2021 concretó la asociación de su cooperativa de base, la Agropecuaria Federada Gobernador Mansilla Ltda. a la entidad. El 31 de mayo último fue elegido consejero titular y ocupa el cargo de secretario. En esta entrevista dialogamos sobre los temas centrales de cara a su nueva gestión como dirigente cooperativo.

—En líneas generales ¿Cuál es la situación del cooperativismo en Entre Ríos?

—La forma económica del cooperativismo es un fenómeno creciente en la provincia de Entre Ríos, tanto sea por demandas del territorio como lo que impulsa el gobierno de la provincia a través del Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutuales (IPCYMER), que está a cargo del doctor Ricardo Etchemendy, y cumple fielmente el objetivo de su creación. Eso se ve en la provincia, a la luz de la existencia de generación de nuevas cooperativas, tanto sea del rubro de la producción primaria, como de la producción de alimentos. También en otros sectores donde es evidente una mirada nueva sobre el cooperativismo, por ejemplo la medicina, donde profesionales de una misma especialidad se juntan para cooperativizarse; en municipios chicos donde hay demandas para generar cooperativas de trabajo vinculadas con la cuestión ambiental y el reciclado. Es decir, que está reforzando el cooperativismo en sectores muy diversos que no son exclusivamente la producción agropecuaria. Veo mucho futuro para el fortalecimiento del cooperativismo en mí provincia.

—¿Cuáles identificas como las principales necesidades del sector cooperativo agropecuario en tu provincia?

—Veo dos tipos de demandas o necesidades. Por un lado, en esta coyuntura, el financiamiento es muy importante, ya que las cooperativas del sector agropecuario han encadenado tres sequías. Éstas han erosionado la posibilidad de permanencia de productores chicos, y en la provincia esa permanencia la resuelve pura y exclusivamente el sector cooperativo que siempre ha obrado y operado como el canalizador de financiamientos extraordinarios para que los productores tengan continuidad y no se vayan del sistema. Por otro lado, hay demandas que se iniciarán con la presencia de la Fecofe en el universo cooperativo de la provincia. La Federación llega con una mirada diferente y más bien profunda sobre políticas públicas de largo plazo para el sector cooperativo, que incluye además reivindicaciones que están solapadas hoy en la Federación Agraria Argentina, como las cuestiones de fondo en el uso y tenencia de la tierra, los abusos en materia de reclamos de derechos de propiedad intelectual en semillas, la necesidad de armar un esquema de financiamiento que esté por fuera del circuito bancario y dentro del sistema cooperativo y mutual, habida cuenta de la imposibilidad de muchos pequeños productores de acceder al sistema financiero tradicional. Yo diría que esas son las principales demandas y necesidades, hay que pensarlas y poder ponerlas en el marco del largo plazo.

—¿Cuáles consideras temas centrales de debate para la construcción de un nuevo modelo agrario?

—Entiendo que una norma renovada, aggiornada a los tiempos que corren, que regule el acceso, uso y tenencia de la tierra, es central. Tenemos que ir por una nueva ley de arrendamientos. Esa ley tiene que abordar cuestiones como la sustentabilidad de los diferentes tipos de producción que hay en la Argentina, la forma en que se accede a la tierra, la forma de pagar los arrendos, entre otras. Observamos un proceso de concentración de tierras, una enorme exclusión demográfica, un crecimiento descontrolado al abordar superficies y nuevas generaciones de pasivos ambientales. El otro eje lo conforman los derechos de propiedad intelectual en semillas. Hay una avanzada internacional sobre un sistema de exclusión tanto de los mejoradores como de los pequeños y medianos productores, donde se violan la ley de patentes y la ley de semillas. Tenemos que corregir eso y detener el proceso que permite que haya artilugios legales en materia de derechos de patentes sobre seres vivos, que están prohibidos en nuestro país, pero que en las licencias de uso de tecnología entre productores y multinacionales se concretan. También que cuando se firman esas licencias, se avanzan sobre derechos de comercialización del producto obtenido. Podríamos incluir también en este debate la formación del precio de los alimentos, devenido de qué modelo agropecuario se aplica, y en esta cuestión no sólo el sector está incluido, sino que también aparece la sociedad como protagonista. Aplicados de manera correcta, estos puntos colaborarían a la creación de un nuevo modelo que construya el camino hacia la soberanía alimentaria. En este sistema, el Estado jugaría un rol central, alentando la producción y el consumo de alimentos generados principalmente por pequeños y medianos productores y cooperativas, y no por grandes oligopolios que sólo tienen como fin extraer nuestros recursos y acrecentar sus ganancias. Es muy importante esta pregunta porque para mí estos son los ejes por donde tiene que pasar el futuro de la producción, del cooperativismo, de la ruralidad y de la distribución demográfica en la República Argentina.

—Creo firmemente que en la mirada estratégica, la misión, la visión y en el posicionamiento político y gremial de la Fecofe están todas las expectativas puestas. Aspiro a que la entidad crezca, que siga sumando más y más cooperativas, pero también que la vinculación de nuestra Federación con las cooperativas tenga saltos de calidad. Mi objetivo, en primer lugar, es no bajar la vara que dejó mi antecesor en el cargo, Isaías Ghio. Además, deseo fortalecer y trabajar mucho con el Consejo de administración, estando a la altura de este gran grupo de trabajo. También espero demostrar que hay un modelo de producción de alimentos que sostiene esquemas de abusos, en el campo, en la industrialización y en el comercio, de los cuales los propios gobiernos son víctimas y terminan con las manos atadas. Tenemos que animarnos. La ruptura de ese esquema depende de nosotros. No debe darse desde el plano de la confrontación, sino que se dará acrecentando nuestra propuesta de cooperativas agroalimentarias, reforzando nuestra relación supra institucional con la Mesa Agroalimentaria, conformada por el MNCI, la FONAF, Bases Federadas y la Unión de Trabajadores de la Tierra. Fuente: Fecofe (fragmento)

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