Días atrás se llevó a cabo una demostración a campo en el establecimiento de Adolfo Weber en el Distrito Quebracho del Departamento Paraná de una experiencia en cultivo de sorgo basado en dos alternativas: una con manejo de buenas prácticas agropecuarias y otro con un sistema agroecológico.
Campo en Acción llegó hasta allí y dialogamos con el productor agropecuario Adolfo Weber sobre este ensayo.
¿Cómo nació la idea de estos ensayos?
No fue idea mía sino que todo se inició cuando apareció el primer fallo de la justicia que prohibía la aplicación de agroquímicos a 1000 metro de las escuelas y acá tenemos una escuela a 30 metros del campo. En ese sentido teníamos que pensar que hacíamos con el campo, fui a varios reuniones en facultad de agronomía, con otros productores y con el INTA no sabíamos qué hacer ante esta situación.
Entonces pensamos en que si teníamos que volver a mover los suelos era un desastre que genera costos y el agua se lleva los nutrientes. Se nos ocurrió entonces la idea de pedir que los ambientalistas vengan a producir sin agroquímicos como ellos sostenían en mi campo en un lote de 19 héctareas gratis por cinco años y yo aprender a hacerlo. Esto tuvo muy buena repercusión en un comienzo, me llamaron de varios lugares pero no apareció nadie para producir agroecológicamente.
Pasado un tiempo fue como entramos en el tema con el asesoramiento de tres grupos agroeconlogistas, después trabajamos con Pablo Guelperín y otro ingeniero que nos acompañaron con el experimento, comentó.
Este experimento comenzó dividiendo dos lotes a los que con distintos métodos sembramos con soja de segunda el año pasado. Después hicimos en invierno un cultivo de cobertura de vicia con avena y culminamos con una siembra de sorgo en ambos, por supuesto que con resultados muy distintos describió Weber.
¿Cuál va a ser el futuro del lote que no obtuvo buenos resultados?
Estamos evaluando con Pablo Guelperín – un impulsor de la siembra directa- que tenemos que dar un paso hacia atrás y mover el suelo. Queremos volver a hacer vicia en invierno para ver si después ver si podemos lograr mejor cobertura y controlar la maleza para obtener mejores resultados. También estamos haciendo mediciones de suelo para ver cómo funcionan los nutrientes. Eso va a ser una experiencia interesante.
“A pesar de no haber logrado los resultados siempre dije que a mí me interesa producir mejor y ser más amigable con el ambiente. Queremos seguir aprendiendo, no me niego al dialogo y en las diferencias se puede encontrar un futuro mejor”. enfatizó el productor.
Por su parte Pablo Guelperín – Asesor Técnico y coordinador del ensayo- nos brindó mayores detalles de lo que fue el manejo en los ensayos:
El inicio de este trabajo de “experimentación adaptativa y comparación de modelos” se inició en el cultivo de Soja de Segunda sobre un rastrojo de Trigo en la campaña 2018-2019 sobre 19 has con la metodología recomendada por el modelo Agroecológico, y en otras 40 has con las recomendaciones de uso convencional basadas en el conocimiento agronómico y las BPA´s.
Aquí en el lote de 40 hectáreas se usó un herbicida para control de malezas y se fertilizó, cosa que no se hizo en el otro lote.
La zona con insumos rindió 2000 kilos mientras que la zona donde no se usaron las dos técnicas rindió la mitad, describió el profesional
Luego en la campaña 2019/20 intentando hacer exitosa la experiencia sin agroquímicos, hicimos la implantación de un cultivo de servicio en toda la superficie a base de una especie llamada vicia consociada con Avena Amarilla de la cual teníamos como expectativa que nos controlara el nacimiento de malezas para evitar usar agroquímicos en invierno.
Sobre ese cultivo se servicio se implantó Sorgo Granífero el cual aún no se ha cosechado, pero los resultados están a la vista.
En el lote en el que se pudo usar herramientas tecnológicas basadas en insumos como fertilizantes y herbicidas, es razonablemente bueno con una expectativa de rendimiento de aproximadamente 6.000 kgs/ha, mientras en el otro lote no se ha logrado producir granos para la cosecha por lo que se ha perdido el total de la inversión, resaltó Guelperin.
Y en otro tramo de la charla agregó: La agricultura sin insumos es muy dificultosa. No es imposible, es mas en algunos lugares del país con climas templados-fríos y suelos fértiles, han logrado hasta dos años sin agroquímicos. Es decir no es imposible pero no en nuestra provincia por lo menos por ahora.
Entre Ríos es una zona marginal para la agricultura, evidentemente estamos en una provincia donde los modelos mixtos quizás sean los que mejor se adaptan.
Hay cuestiones para seguir discutiendo, conceptualmente no termino de comprender la negación al uso de fertilizante, sobre todo los fosforados. Entiendo al ambientalismo cuando se opone a la urea que se extrae del petróleo, pero porque no fósforo, potasio o azufre que se extraen de la roca.
“Quiero aprovechar para que todos se enteren, conversando con Guillermo Vicente del INTA nos dio luz verde para acercarnos a la Agencia Experimental de Crespo y planificar de aquí en adelante en forma conjunta para que lo que mostremos en un año tenga el respaldo de una institución como el INTA”- culminó el profesional.
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