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Ambiente

Suman herramientas para medir el daño que causan los fuegos

Investigadores argentinos y españoles aúnan esfuerzo para hacer diagnósticos.
Investigadores argentinos y españoles aúnan esfuerzo para hacer diagnósticos.
17/08/2021 19:08 hs

Más del 60 % del territorio argentino se encuentra bajo condiciones áridas y semiáridas, cubiertas por pastizales naturales, montes de árboles y arbustos naturales. Se trata de ecosistemas con alta predisposición y recurrencia a incendios, ya sea por causas naturales como antrópicas. Para los especialistas del INTA, este es el motivo fundamental por el cual es necesario “contar con herramientas que consoliden los daños y las estrategias de regeneración para una eficiente toma de decisiones”

Con este objetivo, un equipo de investigación del INTA se asoció con el Laboratorio de Procesado de Imágenes (LPI) de la Universidad de Valencia, España, para crear una estrategia para el diagnóstico de niveles de daños por incendios en ecosistemas de pastizales a partir de imágenes satelitales.

Para Alejandro Pezzola resulta clave contar con una metodología propia de diagnóstico para los pastizales de nuestra región, lo que permite “evaluar los niveles intermedios de daño y monitorear la recuperación de la vegetación”.

“Adaptamos la metodología de medición a campo y empleamos las cualidades de imágenes más recientes con mejor resolución espacial y espectral como las Sentinel 2 de la Agencia Espacial Europea y de disponibilidad gratuita”, detalló el técnico.

Del análisis de los datos, se obtiene un mapa que señala la superficie y distribución del daño, las zonas aptas para el ganado y aquellas que deben recuperar la flora original, así como las más vulnerables a incendios futuros. “Es una herramienta capaz de conjugar rapidez, veracidad y economía de recursos para aportar soluciones en el territorio”, indicó.

El clima árido y semiárido que predomina en nuestro país condiciona la existencia de ecosistemas de pastizales con predominancia de gramíneas y arbustos de bajo porte, en general de características xerófilas.

Por su parte, Alejandra Casella, explicó que “esta cartografía de la severidad se arma apenas termina un incendio y se deja disponible de manera gratuita para su análisis y toma de decisiones, dado que toma la información de índices calculados a partir de imágenes satelitales pre y pos incendio”. Según la especialista, es de fácil interpretación, sin necesidad de tener conocimientos técnicos muy específicos, por lo que es una herramienta útil para gran diversidad de usuarios.

Como si todo esto fuera poco, la metodología propuesta permitirá ahorrar tiempo de respuesta en mediciones complicadas y costosas en campos ganaderos de grandes dimensiones. Y resulta más eficiente por el ahorro de tiempo y de recursos, al no tener que explorar todo el territorio para analizar daños.

“Hasta ese entonces, la mayoría de los modelos derivados de la teledetección estaban orientados al estudio de las consecuencias producidas por incendios en bosques y forestaciones de árboles de gran porte”, explicó.

El diagnóstico y la cartografía que se desprende provee información importante para la planificación de actividades agrícolas ganaderas en busca de minimizar el efecto del fuego en los agroecosistemas y lograr las más rápidas recuperaciones de las zonas afectadas, de acuerdo al grado de severidad. Este aspecto se visualiza en la cartografía, mediante una escala de colores.

“Contar con esta información lo más pronto posible permite llevar adelante acciones rápidas en el manejo de los rodeos y las labores culturales, aspectos de manejo y cuidados que resultan clave para la toma de decisiones por parte del productor”, concluyó Pezzola.

El clima árido y semiárido que predomina en nuestro país condiciona la existencia de ecosistemas de pastizales con predominancia de gramíneas y arbustos de bajo porte, en general de características xerófilas. En estos ambientes, el fuego es un elemento modelador del paisaje y se presenta periódicamente durante el periodo estival, lo que modifica el balance entre pastos y arbustos.

Durante la última década, ocurrieron sucesiones de incendios que afectaron arbustos y pastizales con importantes pérdidas en ganado, infraestructura y biodiversidad de la región sudoeste de Buenos Aires, noreste de Río Negro y sudeste de La Pampa. La más significativa fue en el período diciembre de 2016 y enero de 2017, y arrasó con más de 30 mil kilómetros cuadrados.

Los especialistas del INTA coincidieron: “La magnitud de las pérdidas impulsó la necesidad de buscar un método de evaluación del grado de severidad producido por el fuego que permitiera conocer de manera rápida, económica y eficiente las consecuencias y posibles soluciones para definir estrategias de remediación, así como anticipar riesgos”.

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