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Visita a campo

En El Porvenir la clave es producir leche a base de muy buen pasto

La fuente de riqueza de El Porvenir está en el manejo de los vertisoles.
La fuente de riqueza de El Porvenir está en el manejo de los vertisoles. Foto 1/8
La alfalfa les da 5.000 litros diarios de leche y van por más. Foto 2/8
Víctor Veik honró los aportes de Walter Mancusso, extensionista de años. Foto 3/8
Antonio Veik dejó de renegar con el mixer y se concentra en el pasto. Foto 4/8
Las vacas son cruza de Holando y Yersey por decisión de los productores. Foto 5/8
Los animales del tambo tienen un peso de entre 400 y 500 kilos Foto 6/8
Terminan un buen año, a pesar que la coyuntura del sector no fue favorable. Foto 7/8
El tambo funciona desde 1978 y no descartan volver a producir queso, como antaño Foto 8/8
21/12/2020 10:19 hs

En tambo El Porvenir terminan un buen año. A pesar de las contrariedades de este tiempo, resumidas en precios poco atractivos, sequía y pandemia, en ese establecimiento ubicado en Nogoyá, -Colonia Oficial número 21, Distrito Chiqueros, casi al límite con Crucesita Octava- las cosas anduvieron mejor que en muchas otras explotaciones. La razón, simple: hace tiempo que los productores se concentraron en producir mucho pasto.

“Ya lo decía el ingeniero Walter Mancusso hace 30 años o más: hay que ocuparse de las cosas importantes, de que las vacas tengan mucho pasto” sentenció a Campo en Acción el asesor técnico Víctor Veik durante la visita al tambo donde trabajan su hermano y su papá.

El Porvenir abrió en 1978 y la entrega de la materia prima se concretaba en una quesería de la zona. Luego empezaron ellos a hacer quesos y en 2012 dieron un vuelco para poner toda la energía en la producción primaria. “El amor al tambo empezó de pequeños, con mis dos hermanos mamamos esto” resumió Antonio.

Antonio y Victor Veik - Tambo El Porvenir 1994

Hoy en día cuentan con un rodeo es 240 vacas que se alimentan en 130 hectáreas y así logran ordeñar 5000 litros cada día. El mismo productor contó el proceso: “En 2017 intensificamos simplificando, armamos un esquema pastoril con mucha producción y el resultado fue tener leche a bajo costo”.

Otro detalle es que, por decisión de los productores, los animales son cruza de Holando con Yersey. Contaron que, tras renegar en suelos complicados, de mucho barro, definieron trabajar con animales de menor peso, de entre 400 y 500 kilos y más rústicos. El resultado los dejó satisfechos. Es más, abandonaron la inseminación en 2018 y ahora utilizan toros que ponen en servicio de mayo a diciembre.

Antonio complementó al decir que “con las crías hacemos un sistema colectivo, los terneros van a corrales de a cinco en un galpón que nos permite tener hasta 40 a la vez. Lo sanitario es lo normal de cualquier tambo”.

El plato fuerte

Los Veik parecen ser de esas personas que escuchan a todos, pero a las pruebas se remiten. La estrategia de tener vacas sometidas a un esquema de bienestar animal, cuidadas y mejor alimentadas, les genera ganancias. Las pasturas son a base de alfalfa, con trébol blanco, rojo y lotus. Los suelos son vertisoles, pesados, con índices de productividad del 25% y deficitarios en fósforo. Hay que reponer todo lo que se lleva el pasto y lo hacen gracias a que las vacas están mucho en los lotes. Complementan con guano de gallina.

La estrategia es tener un costo de producción bajo y especifican que llegan a la meta dando a la hacienda un 61% es pasto, el 11% de silaje y 28% de alimento concentrado. No utilizan el mixer, que se ve algo abandonado en un rincón de la explotación. “Es un sistema amigable para que la actividad sea llevadera en el tiempo y den ganas de trabajar en el campo” sentenció Víctor. Lo cierto es que este año se consumieron 8.500 kilos de materia seca por hectárea.

Otra clave para obtener los 5.000 litros diarios pasa por la cañería instalada en los lotes. Dentro de los tubos circula el agua que demanda la hacienda. “Tenemos un sistema incorporado en 2018 que beneficia la producción. Tener agua en la chacra permite armar potreros en cualquier lado, aumentar los litros por vaca y mejorar la labor diaria” dijo Antonio sin vueltas.

A las últimas palabras de la visita a campo las enhebró Víctor y sonaron como un manual de estilo para el pequeño tambero entrerriano. Vaya aquí, entonces, la cita completa: “Al productor le cuesta ver la importancia del pasto, por ahí se desenfoca. Muchas veces el día a día lo lleva a perder de vista lo importante porque se rompió el mixer, se fue el tambero, o la vaca no preñó. Esas son cosas cotidianas que hacen que el productor pierda de vista que el pasto es lo que importa. Mi hermano, por ejemplo, pasaba los siete días de la semana renegando cuatro horas diarias con el mixer y el tractor. Hoy su ocupación es el pasto, que es lo importante, lo que da la rentabilidad. Eso hace que este año, que no es bueno, para nosotros va a terminar siendo positivo. No hacemos nada raro, mucho pasto, mucha carga y mucha agua en todas las parcelas. Por ahí pasa el manejo”.

Daniel Aguilar / Campo en Acción

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