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Ciencia

Investigadores valoran a los insectos como una alternativa para la alimentación de animales

Hace falta investigar más para promover a los insectos como ingrediente proteico
Hace falta investigar más para promover a los insectos como ingrediente proteico
25/10/2021 12:39 hs

En los últimos años se han propuesto a los insectos como el alimento del futuro, sin embargo, surge la siguiente pregunta: ¿realmente se podrían usar como una alternativa de alimentación en la actualidad? Expertos de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Chile publicaron un informe donde arrojan luz al asunto y terminan por recomendar tal práctica con algunas consideraciones específicas.

Así el objetivo de la presente revisión fue analizar si los distintos tipos de productos en base a insectos son una buena opción para la alimentación humana y animal. En el mundo hay más de 1.900 especies de insectos comestibles, sin embargo, los más utilizados en la producción de alimentos para humanos son grillos (Acheta domesticus), larvas de mosca soldado negra (Hermetia illucens) y gusanos de la harina (Tenebrio molitor). Para alimentación animal generalmente son los dos últimos mencionados; por tanto, esta revisión se centra en éstos.

Para humanos existe una gran cantidad de alimentos que contienen insectos como: barras de cereal, pastas, bebidas, cervezas, hamburguesas, golosinas para niños, “snacks” y también insectos deshidratados. Los cuales son producidos en países de Europa, Australia, Sudáfrica y Estados Unidos y también se pueden adquirir por internet. Para animales hay harina de insecto, alimentos concentrados y larvas deshidratadas o vivas. Los estudios en animales se han centrado en la alimentación de peces, pero también en otras especies (perros, gatos, cerdos, aves, animales exóticos, etc.). En varios países de Europa, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos e incluso en Chile existen industrias que procesan y comercializan harinas. Los insectos están constituidos principalmente por proteínas y grasa, son inocuos, y algunos presentan propiedades funcionales, como péptidos antimicrobianos, lo que los hace ser una alternativa viable para la alimentación de humanos y animales.

La creciente población mundial ha generado un aumento en la demanda de alimentos de origen animal, incrementando la producción animal, lo que genera una alta presión sobre el medio ambiente, los recursos hídricos y la biodiversidad, contribuyendo al cambio climático1. Por esto se requieren nuevas estrategias para la producción de alimentos; así las soluciones sugeridas son reducir el consumo de carne, migrar a sistemas productivos sustentables o cambiar las dietas, incluyendo alimentos que requieren menos recursos para producirlos. La producción de insectos se considera una estrategia viable que podría convertirlos en los alimentos del futuro, tanto para humanos como animales. Sin embargo, a pesar de varios beneficios ambientales, nutricionales y sociales del uso de insectos en la dieta humana, en los países occidentales la mayor parte de la población rechaza la idea de consumirlos, por razones culturales y por considerarlos desagradables y nocivos. Otros aspectos que hacen dudar del uso de insectos para alimentar animales y humanos es el tema legislativo y si realmente se pueden producir a gran escala para satisfacer la alta demanda. Se ha descrito que las preferencias alimentarias no son permanentes y pueden cambiar con el tiempo. Factores efectivos para promover el consumo de insectos o entomofagia, han sido la mayor exposición de los insectos comestibles a los consumidores y la información sobre beneficios ecológicos y nutricionales.

La población humana actual de 7.700 millones de personas crecerá a un total de 9.700 para el año 20506, lo que genera una mayor necesidad de producción de alimentos7. Sin embargo, las tierras disponibles para la expansión de la agricultura y ganadería no son suficientes8, la intensificación de la ganadería genera entre un 15 a 26% de las emisiones de gases con efecto invernadero que son una de las causas del calentamiento global, reduce la biodiversidad, utiliza muchos recursos hídricos y no es una práctica sustentable.

Todos estos factores se presentan como un obstáculo para producir los alimentos requeridos por la población y animales. Por tanto, es necesario la búsqueda de alternativas que permitan satisfacer la futura demanda de alimentos. En respuesta a estas necesidades han surgido con fuerza la crianza y producción de insectos para consumo humano y animal.

Características nutricionales de insectos comestibles

Según la FAO, los insectos más consumidos por humanos son: escarabajos (Coleoptera) 31%, orugas (Lepidoptera) 18%, abejas, avispas y hormigas (Hymenoptera) 14%, saltamontes, langostas y grillos (Orthoptera) 13%, cigarras, fulgoromorfos, saltahojas, cochinillas y chinches (Hemiptera) 10%, termitas (Isoptera) 3%, libélulas (Odonata) 3%, moscas (Diptera) 2% y otros 5%3. Los insectos se consumen de forma entera, triturada o como harina, esta última forma de preparación es la más utilizada para adicionar en alimentos para humanos y en dietas para animales. Entre las harinas de insectos más estudiadas y utilizadas como reemplazo proteico, en alimentos para humanos se encuentran el grillo doméstico (Acheta domesticus), las larvas de moscas soldado negro (Hermetia illucens) y los gusanos de la harina (Tenebrio molitor). Los componentes nutricionales principales en los insectos son proteínas y grasas, seguidas de fibra, nitrógeno no proteico y cenizas, y la composición depende del tipo de insecto, la etapa de crecimiento y la alimentación de los insectos.

Las proteínas representan el componente principal en la composición nutricional de los insectos y su contenido es alto y variable. El orden Coleóptera, representado por escarabajos y larvas tiene un contenido de proteína entre 20-71%, el Díptera 36-70% (moscas, mosquitos), el Ephemeroptera entre 37-68% (libélulas), Hymenoptera entre 10-62% (abejas, abejorros, avispas y hormigas), Lepidóptera entre 13-64% (orugas, polillas) y Orthoptera entre 27-76% (grillos, saltamontes).

La digestibilidad de las proteínas se encuentra entre 78-98%14. Los insectos tienen aminoácidos de buena calidad y son ricos en aminoácidos esenciales. Los principales aminoácidos que contienen son los ácidos glutámico y aspártico, fenilalanina y alanina para el orden Lepidóptera, Ortóptera, Coleóptera y Diptera. Para el orden Hemiptera, son: prolina, leucina, tirosina, alanina, valina y metionina. En el orden Hymenoptera destaca el ácido glutámico, leucina y alanina12. Al comparar el perfil de aminoácidos de los insectos comestibles con los requisitos de aminoácidos para adultos publicados por la Organización Mundial de la Salud15, se observa que gran parte de los insectos comestibles cumplen con los requisitos de metionina, metionina + cisteína, fenilalanina y tirosina16. Al comparar el perfil de aminoácidos de los insectos con alimentos para animales, son similares a las harinas de carne17. Al compararlos con la harina de pescado, ninguna de las especies estudiadas de insectos tiene un nivel de lisina superior a este insumo.

En cuanto a las vitaminas, se ha descrito que los insectos son ricos en riboflavina, ácido pantoténico, biotina y tiamina. Insectos de los órdenes Orthoptera y Coleópteros también son ricos en ácido fólico13. La vitamina B12, que se obtiene únicamente desde alimentos de origen animal, está presente en diferentes especies de insectos; Tenebrio molitor presenta 0,47 μg/100 g y las ninfas de Acheta domesticus contienen 8,7 μg/100 g. En el caso de pigmentos antioxidantes, algunos insectos presentan altas cantidades de zeaxantina y b-carotenos en su exoesqueleto.

La alta variabilidad entre los distintos compontes nutricionales de los insectos se explican por diferencias entre especies; el estado de desarrollo, ya que existen grandes diferencias entre los distintos estadios como huevos, larvas, pupas y adultos; la alimentación que reciben y la forma de crianza, ya que difieren si fueron recolectados en condiciones silvestres o fueron criados en mini-granjas, entre los principales factores.

El consumo de insectos es una práctica común en el mundo, que se ha expandido enormemente en la última década, debido al aumento de las industrias que producen y comercializan distintos tipos de alimentos en base a insectos con altos estándares de calidad para humanos y animales. Además, se ha modificado la legislación, permitiéndoles a las personas de varios países europeos consumirlos. Si bien en Chile no hay normativas que regulen la producción de alimentos en base a insectos para humanos, éstos se pueden adquirir vía online desde sitios que los comercializan. Para el caso de alimentos para animales, la legislación permite su uso como ingredientes alimentarios.

Las ventajas del consumo de insectos radican en sus bondades nutricionales, como poseer un alto aporte proteico con aminoácidos de buena calidad y ser alimentos sustentables, principalmente. En relación a su uso para alimentación animal, la harina de larva de mosca soldado negra se adiciona actualmente en dietas para peces, animales productivos y mascotas, como remplazo de la harina de soya o pescado. Por lo tanto, los distintos tipos de insectos son una buena alternativa para alimentar humanos y animales. Sin embargo, se requieren más estudios y tecnificación de su producción para que se conviertan en ingredientes de costo similar a los concentrados proteicos de uso común y se masifiquen.

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